El Poder Judicial del estado tendrá cuatro nuevos magistrados.
Es la propuesta del gobierno de la Fidelidad convertida en capricho para acomodar o recomendar a los amigos y amigas.
Al fallar los operadores del gobernador en la tarea de convencer a los “viejitos” magitrados para que se jubilaran en forma voluntaria, Fidel tuvo que recurrir al plan emergente.
Seguramente el joven mandatario de Veracruz esté pensando que convirtiendo a dicho poder en agencia de colocaciones, logrará la tan cacaraqueada reforma judicial.
Hace algunos meses el Poder que administra la justicia en la entidad fue blanco directo de críticas y señalamientos de corrupción.
A magistrados y jueces de primera instancia no los bajaron de ratas que venden la aplicación de la ley al mejor postor.
Fue cuando se habló de la necesidad de reformar al Poder Judicial.
Pero todo quedó en promesas de buenos deseos, como muchos proyectos más que escuchamos en el mercado fidelista de las ilusiones.
Lo único que hoy se sabe de los anunciados cambios judiciales, es la iniciativa de incrementar de 29 a 33 los magistrados del Poder Judicial.
Es decir, la sangría al erario público de cuatro sueldos más de por lo menos 300 mil pesos mensuales para cada una de los futuros integrantes del Tribunal Superior de Justicia.
Según se sabe, dos de los cuatro nuevos escaños serían, uno, para la señora Martha Montoya Barradas, exfuncionaria fidelista, y otro quedaría en manos de Reynaldo, Escobar Pérez, actual secretario de gobierno, donde tendría la oportunidad de explotar sus grandes dotes de juriconsulto que alardea tener y que, según él, le han permitido amasar incalculable riqueza jamás soñada… por cierto, desconocida antes que fuera alcalde de Xalapa, e incrementada en su cargo de los últimos tres años.
Las restantes estarían reservadas para dos abogados, amigos entrañables de la infancia del ejecutivo estatal…uno de ellos podría ser el actual subprocurador de justicia en la zona de Veracruz, Tomás Carrillo, si finalmente declina la candidatura por la diputación federal por el distrito de Cosamaloapan.
El espacio en el Poder Judicial para la exdirectora de las cárceles del estado y de tránsito, sería en pago a todos esos millonarios negocios realizados con la venta de concesiones para taxis y del servicio urbano y suburbano de pasajeros.
Haberse mochado con el 75 por ciento de las cuotas mensuales provenientes del pulpo camionero y de los lideres taxistas, convierte en cómplices a quien las recibió en palacio de gobierno, y la única manera de cerrarle la boca o mantener callada a doña Martita, es cumpliéndole lo prometido.
Aún así, la amiguita de quien alardeaba ser el brother de Fidel y que terminó siendo cesado por gastarse en Las Vegas el presupuesto asignado a su secretaría, no es una mujer confiada…conoce esos trucos de la demencia fingida y por eso cada semana realiza sus llamadas recordando la palabra empeñada.
A ver si no se queda como las novias de rancho…”vestida y alborotada”, porque algunos de los actuales magistrados del Poder Judicial, conocidos por su independencia y desacato al privilegio del amiguismo, demandan experiencia, rectitud y transparencia en quienes se incorporen al PJ.
Y de los tres requisitos…ninguno lo aprueba la inquieta señora Barradas..
Lo cierto de todo es que agregar cuatro nuevos magistrados bajo la figura de supernumerarios, que se encarguen de visitar los juzgados del estado, no es otra cosa que una jalada más que en nada coadyuvará para terminar con esa lacra de la corrupción que practican jueces y secretarios de acuerdo.
La justicia en Veracruz tiene precio, nombre y apellidos, y los mercenarios que la venden seguirán explotándola mientras tengan cómplices en lo más alto del poder…la corrupción no puede combatirse con declaraciones de saliva.
El último escándalo en el Poder Judicial por el caso de Danilo Alvízar Guerrero, es un ejemplo de violación a la ley, que daña la credibilidad pública de una instancia que tiene la responsabilidad irrestricta de aplicarla.
Lo lamentable es que la llegada del distinguido panista al Consejo de la Judicatura como representante del Poder legislativo, fue producto de un trueque entre el gobernador Herrera y la bancada de Acción Nacional en la anterior legislatura.
Fidel estaba desesperado por el rechazo a sus iniciativas de ley, y tuvo que pactar con el Pipo Vázquez y sus diputados, entregándoles cotos de poder en el Poder Judicial y en el ORFIS.
Al gobernador no le importó violar la ley que la constitución le ordena respetar y aplicar…pero era más importante negociar con los legisladores azules, tenerlos a su lado con todo y sus votos…los necesitaba para el plan que tenía en mente…bursatilizar el dinero del pago de la tenencia vehicular.
Asunto que bien merece un comentario especial.
¿O usted qué opina?
Es la propuesta del gobierno de la Fidelidad convertida en capricho para acomodar o recomendar a los amigos y amigas.
Al fallar los operadores del gobernador en la tarea de convencer a los “viejitos” magitrados para que se jubilaran en forma voluntaria, Fidel tuvo que recurrir al plan emergente.
Seguramente el joven mandatario de Veracruz esté pensando que convirtiendo a dicho poder en agencia de colocaciones, logrará la tan cacaraqueada reforma judicial.
Hace algunos meses el Poder que administra la justicia en la entidad fue blanco directo de críticas y señalamientos de corrupción.
A magistrados y jueces de primera instancia no los bajaron de ratas que venden la aplicación de la ley al mejor postor.
Fue cuando se habló de la necesidad de reformar al Poder Judicial.
Pero todo quedó en promesas de buenos deseos, como muchos proyectos más que escuchamos en el mercado fidelista de las ilusiones.
Lo único que hoy se sabe de los anunciados cambios judiciales, es la iniciativa de incrementar de 29 a 33 los magistrados del Poder Judicial.
Es decir, la sangría al erario público de cuatro sueldos más de por lo menos 300 mil pesos mensuales para cada una de los futuros integrantes del Tribunal Superior de Justicia.
Según se sabe, dos de los cuatro nuevos escaños serían, uno, para la señora Martha Montoya Barradas, exfuncionaria fidelista, y otro quedaría en manos de Reynaldo, Escobar Pérez, actual secretario de gobierno, donde tendría la oportunidad de explotar sus grandes dotes de juriconsulto que alardea tener y que, según él, le han permitido amasar incalculable riqueza jamás soñada… por cierto, desconocida antes que fuera alcalde de Xalapa, e incrementada en su cargo de los últimos tres años.
Las restantes estarían reservadas para dos abogados, amigos entrañables de la infancia del ejecutivo estatal…uno de ellos podría ser el actual subprocurador de justicia en la zona de Veracruz, Tomás Carrillo, si finalmente declina la candidatura por la diputación federal por el distrito de Cosamaloapan.
El espacio en el Poder Judicial para la exdirectora de las cárceles del estado y de tránsito, sería en pago a todos esos millonarios negocios realizados con la venta de concesiones para taxis y del servicio urbano y suburbano de pasajeros.
Haberse mochado con el 75 por ciento de las cuotas mensuales provenientes del pulpo camionero y de los lideres taxistas, convierte en cómplices a quien las recibió en palacio de gobierno, y la única manera de cerrarle la boca o mantener callada a doña Martita, es cumpliéndole lo prometido.
Aún así, la amiguita de quien alardeaba ser el brother de Fidel y que terminó siendo cesado por gastarse en Las Vegas el presupuesto asignado a su secretaría, no es una mujer confiada…conoce esos trucos de la demencia fingida y por eso cada semana realiza sus llamadas recordando la palabra empeñada.
A ver si no se queda como las novias de rancho…”vestida y alborotada”, porque algunos de los actuales magistrados del Poder Judicial, conocidos por su independencia y desacato al privilegio del amiguismo, demandan experiencia, rectitud y transparencia en quienes se incorporen al PJ.
Y de los tres requisitos…ninguno lo aprueba la inquieta señora Barradas..
Lo cierto de todo es que agregar cuatro nuevos magistrados bajo la figura de supernumerarios, que se encarguen de visitar los juzgados del estado, no es otra cosa que una jalada más que en nada coadyuvará para terminar con esa lacra de la corrupción que practican jueces y secretarios de acuerdo.
La justicia en Veracruz tiene precio, nombre y apellidos, y los mercenarios que la venden seguirán explotándola mientras tengan cómplices en lo más alto del poder…la corrupción no puede combatirse con declaraciones de saliva.
El último escándalo en el Poder Judicial por el caso de Danilo Alvízar Guerrero, es un ejemplo de violación a la ley, que daña la credibilidad pública de una instancia que tiene la responsabilidad irrestricta de aplicarla.
Lo lamentable es que la llegada del distinguido panista al Consejo de la Judicatura como representante del Poder legislativo, fue producto de un trueque entre el gobernador Herrera y la bancada de Acción Nacional en la anterior legislatura.
Fidel estaba desesperado por el rechazo a sus iniciativas de ley, y tuvo que pactar con el Pipo Vázquez y sus diputados, entregándoles cotos de poder en el Poder Judicial y en el ORFIS.
Al gobernador no le importó violar la ley que la constitución le ordena respetar y aplicar…pero era más importante negociar con los legisladores azules, tenerlos a su lado con todo y sus votos…los necesitaba para el plan que tenía en mente…bursatilizar el dinero del pago de la tenencia vehicular.
Asunto que bien merece un comentario especial.
¿O usted qué opina?
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