¿Quién o qué acelera al gobernador Fidel Herrera?
Comenté en entregas anteriores su extraño comportamiento de las últimas semanas y responsabilicé de su intolerancia y mal humor, a la pérdida de la candidatura presidencial por su partido el Revolucionario Institucional.
El mandatario veracruzano anda sensible como el pétalo de una rosa, da muestras de estar perdiendo las formas que en política son fondo.
Se le ve irascible, contestón y buscando pleito; no es el Fidel de la prudencia que finge demencia y recomienda no pelearse con nadie.
Sus declaraciones públicas de ayer lunes atizan el fuego enemigo.
Apenas el domingo pasado Miguel Yunes Linares se destapó como candidato del PAN a la gubernatura, anunciando que su carta de presentación será “decirle a los veracruzanos que cuando fue secretario de gobierno, Veracruz era un estado tranquilo, no había mafias, secuestros ni levantones”.
Herrera Beltrán no pudo aguantarse, explotó enviándole la respuesta.
“Le dijo alocado y fuera de ritmo, que debería estar apoyando al presidente Calderón”.
Y olvidando la caballerosidad y respeto de un político ganador de mil batallas, cayó en la burla irónica cuando dijo “feliz navidad 2010”, por los acelerados”.
Pero eso no fue todo, remató lanzando la advertencia con dedicatoria, “en Veracruz no queremos pederastas”.
La entrevista realizada al director del ISSSTE y que un diario jarocho de alta circulación le dio las ocho columnas con el encabezado principal de “Quiero ser gobernador”, sólo viene a confirmar lo que es del demonio público y político.
Aquí, con toda antelación he dejado constancia que Yunes es el delfín del presidente Felipe Calderón para el gobierno de Veracruz en el 2010.
Y por el tono de las reacciones del gobernador Herrera, parece que la candidatura de Yunes es como si lo jalaran de los… pelos.
Pero qué necesidad tiene el buen tío Fidel de entrarle al juego de las ofensas y provocaciones, si como están sus relaciones con el gobierno federal tiene más que suficiente para preocuparse.
La tremenda temporada de estiaje en la entidad, que provoca infernales calores por la falta de lluvias, es parecido a lo que está viviendo el gobierno de Fidel Herrera al no recibir los apoyos económicos comprometidos de la federación, y mucho menos un solo peso extra por los excedentes petroleros.
Son tiempos de sequía financiera los que enfrenta el régimen fidelista, y de los que empieza a desesperarse debido a que el dinero representa el eje central de su estilo personal de hacer política.
La obra pública construida los últimos tres años a lo largo y ancho de la geografía estatal, se ha logrado gracias a las partidas presupuestarias que baja el gobierno de la república a los estados y municipios.
Y quien se lleva las palmas son los gobernadores que aprovechan invirtiendo los recursos del pueblo promocionando el culto a su personalidad, como es el caso del estado de Veracruz.
Después de la paliza electoral que el PAN recibió de los candidatos rojos del PRI y la Fidelidad por Veracruz, el alto mando del panismo nacional sigue pensando que el proceso del pasado septiembre, fue una elección de estado.
Por lo que ahora buscan amarrarle las manos al gobernador Herrera en los comicios federales de 2009, considerados como la elección de la antesala de la muerte, ya que un año después viene la de gobernador y diputados locales.
La llave del dinero federal seguirá cerrada para el gobierno de Fidel, los recursos van a bajárselos a cuentagotas, y la aplicación de los mismos tendrán marcaje personal que eviten el desvío en tareas partidistas.
Veo a mi amigo Fidel desesperado por la falta de liquidez, por eso recurre a su sindicato de gobernadores para presionar al presidente y les entregue los 30 mil millones de pesos que según él les debe a los estados productores de petróleo.
Quiso abrir la compuerta de Los Pinos usando al visitante distinguido Juan Camilo Mouriño, pero no le funcionó la estrategia.
Y con las broncas que anda comprando la situación tiende a empeorársele al joven Fidel.
Lo expresado en respuesta al anuncio de Yunes, deja entrever que la candidatura del choleño le preocupa al gobernador Herrera más de lo aparente.
Quizás se deba a que no tiene candidato ni parque mortal para enfrentarlo.
Seguramente en los meses por venir nadie desearía estar en el pellejo del político orgullo de la Cuenca del Papaloapan.
A quien esto escribe sólo le queda reiterar, como cada fin de sexenio.
Los carniceros de hoy, serán las reses del mañana.
¿O usted qué opina?
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