Es público y notorio que los vientos del centro no soplan a favor del gobernador de Veracruz.
Y según transcurran los días y meses, tienden a huracanarse hasta con rachas violentas que amenazan con embestir al mandatario estatal.
Fidel Herrera, viejo zorro político vislumbra que para el próximo año de elecciones locales en Veracruz, caminará al filo de la navaja, claro, si es que antes no se aparecen los demonios azules y se lo llevan en calidad de sospechoso del infierno que viven los veracruzanos.
El político de Nopaltepec jamás imaginó tener que hacer frente en el 2010 a un escenario político tan complicado, en el que en forma anticipada se prendieron las luces de alerta anunciando riesgos que el PRI y la Fidelidad por Veracruz, pierdan la elección de gobernador.
Herrera Beltrán apostaba en el invierno de 2004 que su principal y eterno adversario Miguel Ángel Yunes Linares no llegaría tan lejos, y que terminado su periodo de diputado federal (2003-2006) lo esperaba el ostracismo político.
A sus amigos los chamanes de Catemaco pidió prendieran con alfileres un muñeco representativo a Miguel Ángel, lo rodearan con veladoras encendidas y rezaran todo tipo de oraciones para que Yunes desapareciera de Veracruz, se apartara de su camino y lo dejara agasajarse con el presupuesto del gobierno estatal.
Desde que asumió la gubernatura el 1 de diciembre de 2004 los planes de Fidel siempre fueron convertirse en un emperador al que nadie cuestionara sus errores y excesos, y que su palabra fuera la única ley para todos los habitantes de la entidad.
Por ello, como primer paso fue comprar, con dinero del erario del estado, el silencio de la gran mayoría de los editores; y a quienes opusieron resistencia lamentaron desafiarlo, presuntamente ese fue el caso del desaparecido periodista Raúl Gibb Guerrero.
El actual director del ISSSTE, se ha convertido en una piedra muy grande en el zapato de Fidel. Yunes le sabe al derecho y al revés toda su vida, sus traiciones, ingratitudes, sus negocios al amparo del poder, y sus relaciones con personajes non gratos que le han financiado su carrera política.
Toda las acciones tenebrosas de Fidel, con pelos y señales, se encuentra conformada en un compendio de señalamientos, muy seguramente constitutivos de cualquier tipo de delitos, que dejan a la imaginación las consecuencias de “pronósticos reservados” que traería la llegada de Yunes Linares al gobierno de Veracruz el 1 de diciembre de 2010.
Lo cierto es que Heredera Beltrán nunca imaginó que el político de Soledad de Doblado se trepara en el gobierno federal, y cuando lo vio como alto funcionario de Seguridad Nacional con el presidente Vicente Fox hizo sus rabietas y lanzó todo tipo de maldiciones en lenguaje brujo.
Como “cuatacho” de Fox, cada vez que se prestaba la ocasión, Fidel hablaba horrores de Yunes al oído del presidente.
El consuelo del gobernador Herrera era que Yunes abandonaría la función pública federal una vez que Vicente Fox terminara su sexenio el 30 de noviembre de 2006.
Desestimó los tamaños políticos y la lealtad de Miguel Ángel para que Felipe Calderón lo incluyera en su gobierno con el cargo de director general del ISSSTE.
Así también Fidel se hizo el ciego y sordo ante las voces que anunciaban el crecimiento político de Yunes que iban colocándolo en los cuernos de la luna rumbo a la candidatura del PAN al gobierno del estado.
Cuando terminó aceptando que Yunes cabalgaba en caballo de hacienda camino a Veracruz con la venia presidencial y el apoyo de la profesora Elba Esther Gordillo, fiel a sus convicciones de tramposo, simulador, ingrato, intrigoso y desleal, Fidel “ilusionó y usó como recadero a Julen Rementería para que fuera a decirle al presidente que “estaba dispuesto a negociar Veracruz por impunidad; que entregaba el gobierno estatal al PAN a cualquier militante distinguido, pero menos a Yunes Linares”.
El exalcalde jarocho víctima del juego Fidelista llegó a pensar que él podría ser el “elegido” en caso que Calderón aceptara la propuesta, por lo que implementó un frente común con Buganza y Bueno Torio para enderezar campaña de denostación contra el titular del ISSSTE, que no fructificó, al contrario sólo exhibió los miedos y temores que le tienen a Miguel Ángel.
Conocedor que la política es de tiempos y de ritmos; el fracaso de buscar vender Veracruz para salvarse, y la inminente nominación de Yunes como el candidato del PAN, obligaron al gobernador Fidel Herrera a diseñar su plan emergente para intentar retener para su partido y por su propia seguridad política, el gobierno estatal en las elecciones de 2010.
Dentro de los íntimos a Fidel todos desconocen la existencia de un Plan B, bautizado así por el propio gobernador para hacer frente el juego sucesorio del año que viene.
Es la carta fuerte, el as bajo la manga, la única esperanza del gobernante veracruzano para retener el poder.
Por lo que de no presentarse nada extraordinario, y los embrujos contra Yunes no funcionen y finalmente sea el abanderado blanquiazul, Fidel pedirá licencia al cargo de gobernador para irse de dirigente estatal del PRI y convertirse en jefe de campaña y luz que alumbre a su candidato Javier Duarte o el actual procurador de Justicia Salvador Mikel, éste último, considerado con altas posibilidades de alcanzar la nominación al estar siendo mencionado en forma insistente por el propio Fidel a grupos de empresarios como los Ruiz Ortiz, los Chedraui y los Fernández.
No hay impedimento legal para evitar esta nueva locura desesperada que se propone el político cuenqueño.
El artículo 48 de la Constitución del estado de Veracruz, relativo a las ausencias o faltas temporales del gobernador, señala que “si la ausencia en el cargo es menor a 30 días, no se requiere permiso de la legislatura y queda como responsable del Poder Ejecutivo el Secretario de Gobierno. Si es mayor a 30 días pero no máximo a los 90, el Congreso local tendrá que nombrar gobernador interino por el tiempo que dure el permiso”.
Herrera Beltrán ha decidido que su licencia será de 90 días, y abarcará los meses de abril, mayo y junio de 2010, en virtud que las elecciones serán esta vez el primer domingo de julio de ese año.
Repito, ese es el Plan maestro del que echará mano Fidel si las circunstancias político-electorales del año venidero no le dejan otra alternativa.
Yo me pregunto…
¿A qué le apuesta Fidel con llevar de la mano por todo el estado a quien designe candidato al gobierno estatal?
¿Tan seguro está de su popularidad?
El pueblo no sufre ni finge demencia como él, por lo tanto se puede llevar la sorpresa de su vida.
¿O uestes qué opina?
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