“No te pido que me des de tu bolsa; sólo ponme donde haya, que de lo demás yo me encargo”.
Lo anterior, es la conocida súplica que todos los días recibe el gobernante en turno por parte de sus amigos, parientes o familiares, acostumbrados siempre a mamar y enriquecer del erario público.
En el ejercicio del poder en México, no hay político entronizado que no ayude a sus cuates, amantes y consanguíneos, bien nombrándolos titulares en cargos oficiales, o simplemente ordenando que con sueldos insultantes para el pueblo los mantengan de pilotos aviadores en las dependencias o instituciones de gobierno.
Esos son, para desgracia de los 70 millones de pobres y jodidos de éste país, los viejos usos y costumbres en que se práctica y ejerce el poder gubernamental, donde la riqueza se reparte en exclusiva para una elite cubierta por el manto de la complicidad y la impunidad.
Veracruz no es la excepción.
El actual gobierno del estado, no es ajeno al tráfico del influyentismo ni mucho menos al surgimiento de nuevos millonarios, dueños de incalculables y sospechosas fortunas amasadas de la noche a la mañana en la era de la Fidelidad.
Fidel Herrera Beltrán, no se salva de la traición de los grandes amigos que llevó al poder para que trabajaran y sirvieran al pueblo de Veracruz, pero que terminaron defraudando su confianza.
Por incurrir en actos deshonestos en el manejo del dinero público, muchos desleales colaboradores del mandatario veracruzano han sido corridos en forma vergonzante del gobierno estatal.
Pero el cáncer de la corrupción en secretarías de despacho; subsecretarías; direcciones; subdirecciones y fideicomisos no fue extirpado de raíz; el mal sigue teniendo muchas ramificaciones, quizás imposibles de detectar hasta por el propio gobernador.
Por lo que, otro buen tanto de pillos en distintas áreas del gobierno estatal siguen despachándose con la cuchara grande.
El doctor José Raúl Zamora Hernández Jáuregui, director general del Hospital Regional del Puerto de Veracruz, es sólo otro eslabón perdido de la inmensa cadena corruptiva que bien se esconde a los ojos de Fidel Herrera.
Resulta que como simple jefe de un nosocomio dependiente de la Secretaría de Salud del gobierno del estado, el médico Zamora es señalado de cometer todos los latrocinios con los recursos financieros a su cargo, beneficiando a familiares directos y hasta a la presunta amante en turno, a quien todos identifican en el nosocomio como “Alejandra”, la primera dama.
Se ignora si como director del Hospital Regional del puerto jarocho Raúl Zamora gane tanto dinero disfrutar de privilegios y cumplir caprichos muy caros, tanto a sus hijos como a la “Primera Dama”.
Por ejemplo…
Comentan que el auto Beetle 2008, propiedad de Zamora pero que usaba su hija mayor, en forma misteriosa se incendió el pasado 25 de agosto, y ni tarde ni perezoso el galeno acudió a la agencia automotriz donde su compadre es gerente y compró de contado una camioneta Mazda CX7 para su desconsolada nena”. A principios de este año también adquirió otra Mazda 3 para otra de sus herederas.
De Raúl junior, se cuentan historias escalofriantes al frente de los carros de lujo que le compra “papi”, los cuales conduciendo en completo estado de ebriedad, termina destrozándolos después de agarrar de pista de carreras las calles y avenidas de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. Decenas de veces ha sido perseguido y detenido por la policía intermunicipal y tránsito municipal, pero las influencias del progenitor lo salvan de ser consignado ante el MP. En cuanto a los arreglos de los carros del hijo, como el SEAT Córdoba, color rojo, son reparados en el taller “Servicio Montalvo”, con cargo al Hospital Regional. En una de tantas ocasiones de persecución policíaca “Raúlito” impactó su carro contra una barda y se le reventaron tres llantas, y como premio su padre ordenó compraran 4 neumáticos marca Pirelli, con valor de 2 mil 400 pesos cada una. La factura de esta compra especificaba que las llantas fueron para una ambulancia del Hospital.
En cuanto a su secretaría Alejandra, alias la “Primera dama”, presumen que el doctor Zamora también la trata como toda una “reina”. Carro Tuareg 2010 a la puerta, choferes a su servicio, rehabilitación integral de su residencia, y todo tipo de canonjías como empleada del Hospital.
El doctor José Raúl Zamora, engaña a todos con su “carrito” Cuttlas 1989 con el que llegó a la dirección del nosocomio hace un año 9 meses y que dice conservar porque está lleno de recuerdos. Lo que pocos saben es que se construyó una mansión en el lujoso y exclusivo fraccionamiento Palmas, de Medellín de Bravo, totalmente amueblada y climatizada.
DESPILFARRO EN GASTOS DE GASOLINA Y NEXTEL
Los informes señalan que cada 30 días el Hospital factura alrededor de 80 mil pesos a la gasolinera “Servicio Olimpia”, de general Prim esquina Virgilio Uribe en Veracruz, y los únicos que abastecen de combustible son los carros de la familia del doctor Zamora, los de su secretaría Alejandra y sus choferes.
Los de Zamora son…
Dodge Nitro; Wolkswagen Bora; Seat Córdoba; Mazda 3 y Mazda CX7.
De Alejandra, la “Primera dama”…
Wolkswagen Derby; Wolkswagen Tuareg.
Y los carros oficiales para personal son: camioneta Dondge Pickup, que usa el chofer de Alejandra y una Ford Econoline, que agarra el doctor Zamora para viajes de fin de semana con su familia.
En cuanto al servio Nextel el Hospital paga 17 mil pesos mensuales por los 20 aparatos que traen exclusivamente el doctor Zamora, su familia, Alejandra y los recomendados de ésta influyente “secretaría” privada.
Y como Alejandra es una eficiente “colaboradora” del doctor Zamora, sugirió a su jefe que remodelara la dirección del Hospital. Incluyendo muebles nuevos; televisor de plasma; computadora de escritorio; mini laptop, impresora laser, y otros detalles, la suma invertida fue de 120 mil pesos.
LOS GRANDES CONTRASTES DEL DOCTOR ZAMORA.
El hospital carece de los indispensable para prestar el servicio médico de “Alta Especialidad” que desea el gobernador Fidel Herrera. Las enfermeras no tienen guantes ni gasas para atender y curar a los enfermos; y por falta de focos en los quirófanos los cirujanos han tenido que suspender diversas cirugías. Ante las protestas y reclamos de médicos jefes de turno de que “sí hubo dinero para lujos personales en su oficina, y no lo hay para necesidades básicas de la institución”, el doctor Zamora ha expresado que “me vale madres, aquí mando yo, me puso mi amigo el gobernador, y al que no le guste que se le largue del hospital”.
Y es tanta la prepotencia del funcionario de la Secretaría de Salud que pese a saber que en Veracruz “los niños no se tocan”, tuvo el atrevimiento de quitarle a los niños del albergue Manuel Gutiérrez Zamora, de Boca del Río, una camioneta Econoline que el propio gobernador les había donado para su transporte; lo mismo hizo con otro vehículo similar al servicio del Programa Fiel contra la Obesidad, y los dos los ocupa para “asuntos personales”.
El director del Hospital Regional de Veracruz, José Raúl Zamora se considera un Fidelista intocable; sus majaderías, abusos y despotismo nadie las soporta en el nosocomio.
Y sólo los proveedores a los que les adeuda pagos por varios cientos de miles de pesos, como Everardo Alarcón, han recibido su pago cuando han amenazado al doctor Zamora con denunciar todas sus arbitrariedades con el gobernador Fidel Herrera. Incluso el ingeniero Arturo Díaz recurrió al mismo esquema del chantaje para que el médico le terminara de pagar los trabajos de construcción de su mansión en las Palmas.
Ver para creer…
Cómo se la gastan los funcionarios del gobierno del estado que embarran en sus pendejadas al propio gobernador Fidel Herrera, a quien siempre se refieren como “mi gran amigo”.
Y reitero…
José Raúl Zamora Hernández Jáuregui, es sólo uno más de los que Fidel llevó a servirle al pueblo de Veracruz, y le fallaron.
¿O usted qué opina?
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