“Que cada quien pague su cuota de responsabilidad por aprobar aumentos en los impuestos”.
Es el grito de defensa del gobernador de Veracruz Fidel Herrera, ante las voces que el pueblo cobrará las facturas en las próximas elecciones.
Y le asiste la razón al mandatario veracruzano.
Todos los partidos políticos que usando a sus legisladores apoyaron incrementar aranceles de la federación, tendrán que asumir los costos políticos por sus acciones.
Claro que Fidel, experto en esas controversias parlamentarias que se dan cuando los congresistas les toca bailar con las más feas por andar autorizando incrementos en los servicios que presta el gobierno, exculpa a su instituto político, diciendo que el PRI no hizo la propuesta de acrecentar los tributos.
Deja entrever el gobernador en su discurso de ayer en el municipio de Nogales, que el pueblo deberá analizar y reflexionar paso a paso todo lo relacionado al tema de los aumentos, antes de señalar a los verdugos.
Debe reconocerse que el gobernador Herrera se manifestó siempre a favor de rechazar el paquete fiscal 2010 del gobierno federal que incluía aumentos generalizados del 2 por ciento, incluídos medicinas y alimentos.
A toda la representación veracruzana en la Cámara Federal de Diputados exhortó a manifestarse en contra de la creación de nuevos gravámenes. Y hasta en el último cónclave la semana pasada del CEN del PRI con gobernadores, manifestó su desacuerdo de no votar a favor de la propuesta de aumentar impuestos.
Indudable es, que los acuerdos en lo oscurito, entre los operadores de Los Pinos y los altos jerarcas del tricolor, no son responsabilidad ni del gobernador de Veracruz ni de sus homólogos que también manifestaron su repudio al incremento a las contribuciones federales.
Por lo tanto, como dijo ayer el tío Fide, “que cada quien asuma su compromiso de lo sucedido la madrugada del miércoles en San Lázaro”.
Es entendible la posición imparcial adoptada por el joven político de Nopaltepec; sabe el fondo de la olla, pero guarda silencio hasta conocer el desenlace final que habrá en la Cámara de Senadores, donde los perredistas amenazan con desatar barruntos de tempestad.
En éstos momentos Fidel no puede dar señales de parcialidad e inclinación.
Menos ahora que el país arde por los aumentos a los impuestos.
Existe condena generalizada por la autorizada Ley de Ingresos del gobierno federal para el año fiscal 2010.
Maldiciones, consignas y reproches de todos los sectores productivos del país, se escuchan donde quiera.
Y no son para menos.
El pueblo mexicano esperaba que sus representantes populares en San Lázaro, desecharan y cerraran el paso a toda propuesta de la federación de aumentar impuestos bajo el argumento de incrementar la recaudación tributaria.
Esperaban que sucediera el milagro que todos los grupos opositores en la Cámara de Federal Diputados, se fajaran los pantalones y cerraran el paso a toda propuesta de aumentar impuestos.
Pero no fue así.
Se ingnora, en estos momentos, si tuvieron algo qué ver los famosos cañonasos de millones de pesos que acostumbra obsequiar cualquier gobierno cuando busca que le cumplan caprichos.
El tiempo lo dirá.
Por lo pronto, los diputados federales han dado el primer paso para que, de nueva cuenta, sea el pueblo, los más de 60 millones de pobres y jodidos de este país, los que finalmente paguen los platos rotos.
Todo queda en mano de los senadores.
Yo me despido por hoy escribiendo lo siguiente…
Los priístas se lavarán en salud diciendo que ellos no fueron los creadores de aumentar los impuestos.
Sin embargo… la vieja usanza popular reza que “tanta culpa tiene el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”.
¿O usted qué opina?
miércoles, 21 de octubre de 2009
¡¡PALO DADO NI DIOS LO QUITA!!
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