El Poder Judicial de Veracruz, sumido en la corrupción, el tráfico de influencias y la desconfianza ciudadana.
La impartición de justicia, transparente, apegada a derecho, pronta y expedita, sigue siendo una fantasía en Veracruz.
Es una vergüenza para los veracruzanos que la estricta aplicación de la ley, sea sólo una candileja.
Gracias a que jueces y secretarios de acuerdos se encuentran al servicio de los poderosos, de los políticos y…muchas veces de las bandas criminales.
Aquel humilde y pobre ciudadano que por desgracia tuvo la mala suerte de caer en manos de algún juez del fuero común, por insignificante que sea el presunto delito cometido, ha tenido que empeñar su alma al diablo para darle el dinero que el juzgador le exige para no refundirlo en la cárcel.
Por eso la gente clama…
¡¡Paren a esos mercenarios de la ley!!
La corrupción, los abusos y violaciones al estado de derecho, son temas que siempre han preocupado al gobernador Fidel Herrera Beltrán. Incluso durante su campaña electoral del 2004 buscando la gubernatura, fueron las demandas que más recibió de los veracruzanos.
Por ello, desde que asumió el gobierno hace casi 5 años, se ha pronunciado porque el Poder Judicial del estado se transforme y modernice; que de una vez por todas sea sometido a una profunda y real reforma, que terminen con los vicios añejos que laceran y lastiman al pueblo de Veracruz.
Fidel ha advertido que si en el pasado la falta de dinero ha impedido la transformación del PJ, en su gobierno ese no sería el argumento para cambiarle el rostro a la impartición de justicia en el estado.
Por ello, para el ejercicio 2008 propuso al Congreso del Estado un presupuesto de mil millones de pesos para el Poder Judicial, superior en más del 30 por ciento al de 2007, mismo que fue aprobado por los legisladores locales.
Y ha correspondido al magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado, Reynaldo Madruga Picazzo, disponer y administrar esos recursos financieros, por primera vez tan elevados en la historia del Poder Judicial de Veracruz.
Lamentablemente, durante el periodo de Madruga, no se han vistos cambios sustanciosos en materia de justicia, muchos menos modernización ni reforma alguna en el TSJ.
MADRUGA PROMETIO TODO AL GOBERNADOR
Cuando en diciembre de 2007 Reynaldo Madruga Picazzo resultó electo Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado, se dijo espantado de la cloaca corruptiva que ahogaba al Poder Judicial de la entidad.
Y buscando quedar bien con el gobernador Fidel Herrera que “hacía suya la voz de los veracruzanos exigiendo que el Poder Judicial del Estado se reformara”, en su asunción como titular del TSJ, Madruga “reconoció que eran alarmantes los índices de corrupción, y se comprometió a sacudir al árbol de las manzanas podridas”.
Sin embargo, todo sigue igual; los vicios del pasado son el pan de cada día en toda la estructura operativa y administrativa del PJ.
A casi dos años en la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia, Madruga Picazzo sigue siendo cómplice de jueces y magistrados, quienes como en cualquier bazar ofrecen y venden la ley al mejor postor.
La sacudida al árbol podrido y el ataque frontal a la corrupción, tan cacareado por el magistrado presidente Madruga, se quedó en una utopía.
Jueces de primera instancia como Ariel Anastacio Robinson Manzanilla, continúan haciendo de las suyas al torcer el estado de derecho para beneficiar a los amigos del poder político, al influyente con dinero, o simplemente a quien le pague más.
Historias alarmantes de tráfico de poder y abuso de autoridad pueden pesar sobre Robinson Manzanilla y demás jueces corruptos, y no pasa nada porque el manto de la complicidad es tan extenso que todavía alcanza para que todos se cubran y protejan.
Los barzonistas xalapeños todavía siguen esperando el resultado de la investigación que realizara el Consejo de la Judicatura del Estado sobre las actuaciones violatorias a la ley que cometiera el juez Robinson Manzanilla al prestarse a los intereses de la banca privada, en especial a la institución HSBC.
Representantes del Barzón, aseguraron en su momento, que son auténticos la firma de Ariel Anastacio, sobrino del ex presidente del TSJ, Miguel Gastón Manzanilla, y el sello del Juzgado Primero de Primera Instancia del cual es titular, que aparecen impresos en los citatorios que la banca usa para amedrentar a sus deudores morosos para que paguen.
Aunque Robinson Manzanilla niega el señalamiento de los barzonistas, y Madruga Picazzo le cree y lo protege, lo cierto es que muchos veracruzanos, en especial los del puerto jarocho, lo recuerdan con exactitud, ya que presuntamente gracias a su maridaje con prestamistas y lenones, perdieron sus viviendas en juicios amañados y vendidos, los cuales el juez, usando todas las artimañas violatorias a la ley, los convertía en asuntos penales, cuando eran de competencia civil.
Por lo tanto, que falsificaron su firma y robaron el sello, podría ser un cuento de Robinson, porque ya tiene antecedentes y experiencia en casos de deudas, sobre todo cuando de chingar al jodido se trata.
Y la mata sigue dando, Robinson y muchos jueces más dependientes de Madruga Picazzo, insisten en echar abajo los deseos del gobernador Fidel Herrera de llevarle a los veracruzanos justicia real y verdadera.
Yo, al igual que lo hacen los Colegios, Barras y Asociaciones de Abogados, me pregunto…
¿Dónde quedaron los mil millones de pesos de presupuesto que hace un año Fidel le inyectó al Poder Judicial para su modernización y reforma?
Porque si bien es cierto que Madruga Picazzo no tiene la necesidad de entregarle cuentas al Congreso del Estado, bueno, en aras de su honestidad y transparencia, que informe al pueblo de Veracruz, dónde se gasta el dinero que cada año le entregan al Poder Judicial.
Que no vaya ser que además de llamarlo el Javier Solís veracruzano, a Madruga lo conozcan o tilden también de corrupto y deshonesto.
Por cierto…
SEÑOR GOBERNADOR FIDEL HERRRA, ya que dedico este espacio al tema de la corrupción en el Poder Judicial de Veracruz, aprovecho para escribir que anda por ahí otro vival, de los muchos que aprovechan su nombre para extorsionar a inocentes, que autonombrándose su compadre y protegido, asegura realizar con su autorización, todo tipo de triquiñuelas y componendas con jueces de civiles y penales del Tribunal Superior de Justicia.
Su nombre es Víctor Manuel Arcos Suárez, y vocifera que, además de hacer los grandes negocios a su nombre vendiendo la justicia, también cobra, sin trabajar, en alguna dependencia pública de su gobierno, porque usted así lo ha dispuesto.
Se comenta que ese pájaro de cuentas, que presume y saca provecho de su cercanía, tiene algunas órdenes de aprehensión pendientes de ejecutar, y como espanta a los jueces y agentes ministeriales de la Procuraduría de Justicia amenazándolos que “van a arrepentirse si lo detienen, porque es protegido del gobernador”, se burla de quienes lo acusan exigiendo su encarcelamiento.
No creemos tal aberración, pero lo hacemos de su conocimiento.
Porque por sujetos como Arcos Suárez, que lo embarran en su caudal de latrocinios que viene cometiendo, se desata el periodismo crítico en su contra.
¿O usted qué opina?
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