Muchos Fidelistas alistan maletas para irse a buscar las alcaldías de sus municipios.
Sus respectivas renuncias a los cargos desempeñados en la actual administración estatal, tienen fecha de la primera quincena del próximo mes de diciembre, y se encuentran ya en el escritorio de la principal oficina de palacio de gobierno en Xalapa.
Aquellos colaboradores del gobernador Fidel Herrera que quieren ahora convertirse en presidentes municipales, ya conocieron las mieles del poder y el perfume seductor del dinero ajeno.
Y como el poder y el dinero marean a los inteligentes y enloquecen a los pendejos, los Fidelistas que se van ya no pueden parar; quieren más y más, hasta que el pueblo aguante y el manto de la impunidad los mantenga cobijados.
Es irrefutable que la inmensa mayoría de los servidores públicos estatales que abandonan el barco de la Fidelidad, se encuentran escandalosamente millonarios.
En los cinco años de servicio al estado, que habrán cumplido cuando se vayan, se hincharon de billetes; las fortunas amasadas no equivalen a los sueldos devengados en los 60 meses de trabajo.
Son enormes las diferencias financieras entre lo que ganan y lo que poseen.
Ni aún sumando todos los pesos y centavos de sus salarios, compensaciones, aguinaldos y gratificaciones, les saldrían las cuentas.
Y es que en verdad existen algunos pillos Fidelistas que se despacharon con la cuchara grande.
Además de sus abultadas cuentas bancarias, tienen propiedades en los fraccionamientos más caros y lujosos de Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Misantla, Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Tuxpan, Catemaco, y Coatzacoalcos.
Así como también casas de campo junto al mar o al río para los fines de semana, y ranchos ganaderos con cuadras de finos caballos de carreras, cotizados arriba del millón de pesos en el mercado equino.
Qué no decir de las colecciones de vehículos de lujos que ostentan, con valor superior a los 400 mil pesos cada uno.
Sólo los ciegos no pueden ver en Veracruz las riquezas acumuladas en el crisol de la corrupción, el abuso del poder y el tráfico de influencias.
Porque a los nuevos millonarios del sexenio, se les vio llegar con una mano adelante y otra atrás.
Es cierto, algunos viejos amigos de la adolescencia del gobernador Herrera, se quedaron a mitad del camino.
El propio Fidel tuvo que renunciarlos por presuntos actos de infidelidad en el manejo de los recursos públicos.
Raúl Zarrábal García, Gustavo Souza Escamilla y Cirilo Rincón Aguilar, son apenas una tercia de los verdaderos cuates que Fidel llevó al poder, los cuales fueron cesados en sus cargos de Secretario de Comunicaciones, de Turismo y Director de Prevención y Readaptación Social, respectivamente, al parecer por traicionar la confianza del gobernador..
Pero ni viendo caer las barbas de sus compañeros de gabinete, los pillos pusieron a remojar las suyas, al contrario siguieron su carrera corruptiva para continuar llenando sus alforjas.
Sin embargo, a todos los que han abusado del cargo el mandatario estatal los tiene en la mira, y no se descarta una nueva sacudida al árbol de la Fidelidad.
Por lo pronto, el Secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez; el titular de Comunicaciones, Marcos Theurel Cotero, y el Director de Comunicación Social, Alfredo Gándara Andrade, son los primeros tres funcionarios del gobierno del estado que han auto-destapado sus sueños de ser alcaldes de sus pueblos.
Reynaco, quiere ser otra vez presidente municipal de Xalapa; Theurel, ex amigo íntimo de la Marceloca, de nueva cuenta la busca por Coatzacoalcos, y Gándara., la Cochina Gringa, la quiere por Poza Rica.
En forma coincidente los tres precandidatos del tricolor, son de los más cargados en el gabinete estatal; sus fortunas económicas y patrimoniales son incalculables, todas producto de la traición al gobernador Fidel Herrera, quien los invitó para que sirvieran al pueblo de Veracruz, no para servirse.
Los tres, están en el filo de la navaja, y bien merecen trabajos periodísticos especiales.
¿O usted qué opina?
Sus respectivas renuncias a los cargos desempeñados en la actual administración estatal, tienen fecha de la primera quincena del próximo mes de diciembre, y se encuentran ya en el escritorio de la principal oficina de palacio de gobierno en Xalapa.
Aquellos colaboradores del gobernador Fidel Herrera que quieren ahora convertirse en presidentes municipales, ya conocieron las mieles del poder y el perfume seductor del dinero ajeno.
Y como el poder y el dinero marean a los inteligentes y enloquecen a los pendejos, los Fidelistas que se van ya no pueden parar; quieren más y más, hasta que el pueblo aguante y el manto de la impunidad los mantenga cobijados.
Es irrefutable que la inmensa mayoría de los servidores públicos estatales que abandonan el barco de la Fidelidad, se encuentran escandalosamente millonarios.
En los cinco años de servicio al estado, que habrán cumplido cuando se vayan, se hincharon de billetes; las fortunas amasadas no equivalen a los sueldos devengados en los 60 meses de trabajo.
Son enormes las diferencias financieras entre lo que ganan y lo que poseen.
Ni aún sumando todos los pesos y centavos de sus salarios, compensaciones, aguinaldos y gratificaciones, les saldrían las cuentas.
Y es que en verdad existen algunos pillos Fidelistas que se despacharon con la cuchara grande.
Además de sus abultadas cuentas bancarias, tienen propiedades en los fraccionamientos más caros y lujosos de Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Misantla, Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Tuxpan, Catemaco, y Coatzacoalcos.
Así como también casas de campo junto al mar o al río para los fines de semana, y ranchos ganaderos con cuadras de finos caballos de carreras, cotizados arriba del millón de pesos en el mercado equino.
Qué no decir de las colecciones de vehículos de lujos que ostentan, con valor superior a los 400 mil pesos cada uno.
Sólo los ciegos no pueden ver en Veracruz las riquezas acumuladas en el crisol de la corrupción, el abuso del poder y el tráfico de influencias.
Porque a los nuevos millonarios del sexenio, se les vio llegar con una mano adelante y otra atrás.
Es cierto, algunos viejos amigos de la adolescencia del gobernador Herrera, se quedaron a mitad del camino.
El propio Fidel tuvo que renunciarlos por presuntos actos de infidelidad en el manejo de los recursos públicos.
Raúl Zarrábal García, Gustavo Souza Escamilla y Cirilo Rincón Aguilar, son apenas una tercia de los verdaderos cuates que Fidel llevó al poder, los cuales fueron cesados en sus cargos de Secretario de Comunicaciones, de Turismo y Director de Prevención y Readaptación Social, respectivamente, al parecer por traicionar la confianza del gobernador..
Pero ni viendo caer las barbas de sus compañeros de gabinete, los pillos pusieron a remojar las suyas, al contrario siguieron su carrera corruptiva para continuar llenando sus alforjas.
Sin embargo, a todos los que han abusado del cargo el mandatario estatal los tiene en la mira, y no se descarta una nueva sacudida al árbol de la Fidelidad.
Por lo pronto, el Secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez; el titular de Comunicaciones, Marcos Theurel Cotero, y el Director de Comunicación Social, Alfredo Gándara Andrade, son los primeros tres funcionarios del gobierno del estado que han auto-destapado sus sueños de ser alcaldes de sus pueblos.
Reynaco, quiere ser otra vez presidente municipal de Xalapa; Theurel, ex amigo íntimo de la Marceloca, de nueva cuenta la busca por Coatzacoalcos, y Gándara., la Cochina Gringa, la quiere por Poza Rica.
En forma coincidente los tres precandidatos del tricolor, son de los más cargados en el gabinete estatal; sus fortunas económicas y patrimoniales son incalculables, todas producto de la traición al gobernador Fidel Herrera, quien los invitó para que sirvieran al pueblo de Veracruz, no para servirse.
Los tres, están en el filo de la navaja, y bien merecen trabajos periodísticos especiales.
¿O usted qué opina?
No hay comentarios:
Publicar un comentario