La trinca infernal, continúa agitando las aguas al interior del Partido Acción Nacional.
Gerardo Buganza Salmerón, Julen Rementería del Puerto y Juan Bueno Torio, no terminan por entender que la candidatura del PAN para la gubernatura de Veracruz en el 2010, ya tiene dueño.
Proyectados principalmente por conocidos sexo-servidores del periodismo que ya sufren de insomnios sólo de pensar en un posible destierro de Veracruz, los alegres compadres abren las heridas, dividen y parten a los panistas anunciando alianzas y declinaciones entre ellos mismos.
Simulan demencia, juegan a los locos, y se hacen los ciegos y sordos ante las señales sonantes y constantes que les mandan desde la residencia oficial de Los Pinos.
Y esa actitud beligerante, retadora ante el alto mando del CEN panista, o hasta del propio comandante en jefe del partido blanquiazul, el presidente Felipe Calderón, los hace sospechosos de complicidad y traición a su instituto político.
Existen versiones que los hilos que mueven a los integrantes del triunvirato, pudieran tener sus orígenes en palacio de gobierno.
Todo es posible conociendo los antecedentes personales de Buganza, Julen y Bueno Torio.
A los tres les encantan los negocios y los acuerdos debajo de las mesas.
A cada uno de ellos los persigue el fantasma de la corrupción, el tráfico de influencias y el abuso de poder.
Y de los tres, se comenta, asegura y especula, han sido desempolvados sus respectivos expedientes secretos X, esos que guardan pelos y señales de sus desempeños como servidores públicos y representantes populares.
De Buganza no pueden archivarse sus pillerías, primero cuando fue síndico del Ayuntamiento de Córdoba, después su tráfico de poder para hacer grandes negocios como diputado federal y senador plurinominal.
Y desde luego, lleva en su conciencia la presunta venta de su investidura de “gobernador legítimo” de Veracruz a cambio de la compra de su cartera de deudas de su campaña de 2004, superior a los 50 millones de pesos.
Del actual senador Juan Bueno Torio, sólo basta indagar en la PGR y en la Auditoría Superior de la Federación, para que salga toda la porquería que dejó en su paso por la dirección de PEMEX-REFINACION.
Por su parte al ex alcalde de Veracruz Julen Rementería, habría que preguntar de dónde obtuvo esa incalculable fortuna económica que posee, cuando apenas ayer era un simple vendedor de trapos de una tienda heredada por su padre y la cual llevó a la quiebra. En banca-rota, y en la desgracia financiera, fue salvado por Francisco Ávila Cambero, a quien más tarde traicionaría.
El actual director de los Centros estatales de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, resultó hábil para los negocios usando constructoras suyas operando a través de prestanombres, primero haciendo obras millonarias al ayuntamiento jarocho que el encabezaba, y ahora a la federación.
Como puede observarse, ni a quién irle de la trinca…
En mi búsqueda de las “grandes virtudes” que algunos plumíferos vendidos al mejor postor, descubren, alaban y exaltan de Buganza, sólo encuentro cortinas de humo para ocultar la verdadera mano que mece la cuna.
Y a propósito, ya que de pronto en forma sorpresiva y desesperada Buganza es el nuevo paladín de la honestidad, la transparencia y la lealtad política para algunos mercenarios de la comunicación…
Yo pregunto…
¿Si la obsesión de Buganza es ser otra vez abanderado del PAN a gobernador, para qué quiere la candidatura; qué haría con ella?
Que esté soñando con ganarle al PRI de Fidel Herrera, al menos que siempre se encuentre adorando a dios Baco.
Reflexiono lo anterior, porque 2010 no es el mismo escenario de 2004, donde el fantasma de la corrupción, el despilfarro y el abuso del poder en el des-gobierno del ratón Miguelito, cobraron factura en el entonces candidato priísta Herrera Beltrán. Tan costoso fue el pago al saqueo alemanista, que el tío Fide sufrió en las urnas para ganar la gubernatura.
Pero, ojo amables lectores…
Existe un dato que no debe olvidarse…
Los votos obtenidos por el PAN en 2004, no fueron ganados por el carácter antipático, prepotente, agrio y arbitrario de Gerardo Buganza; éste sólo fue a la cacha de sufragios; y su abundante cosecha se la debe en primer lugar al pésimo e inútil gobernante que resultó el priísta Miguel Alemán Velasco, y en segunda instancia, fue producto de la incesanete crítica a esa administración, que hizo Miguel Ángel Yunes Linares.
Con exhibir de corrupto todos los días al cansado júnior que Veracruz tenía de gobernador, el turco Yunes le fue tendiendo la cama de votos a Buganza, y fueron tantos cientos de miles, que enloquecieron al entonces senador panista plurinominal con licencia, al grado que traicionó y negó su apoyo al hoy director del ISSSTE, cuando éste en 2006 buscó ser candidato del PAN a senador.
-“Gerardo me pagó mal”, comentó Yunes Linares a sus amigos cercanos.
Hoy, Buganza insiste en echarle a perder la fiesta a Yunes.
Paga, no sabemos si con su dinero, encuestas que lo ubican en los primeros lugares de la competencia por la candidatura blanquiazul, y jubiloso sale anunciar que Julen Rementería declinó a su favor; que lo apoya y se une a su proyecto. Y espera que pronto lo haga Juan Bueno Torio.
Y qué con eso…
Por favor señor Buganza o Butranza como lo llaman muchos en el PAN…
Despierte a la realidad…
Julen y Bueno Torio, no representan nada, a ninguno de los dos no lo quieren ni siquiera en la cuadra donde viven; en las pasadas elecciones perdieron hasta en sus casillas que votan.
Hablar de equipo y estructuras políticas que según controla el que regresó el poder municipal al PRI en Veracruz en 2007, es hacerse chaquetas mentales.
Pero bueno, para los fines de escándalo mediático que Buganza quiere darle a su precandidatura, bien le servirá para negociar con su partido una curul plurinominal en el próximo Congreso veracruzano.
Porque finalmente esa es su especialidad, es experto en el cochupo, en las prebendas, en las regalías que llegan peladitas y en la boca.
¿O usted qué opina?
lunes, 21 de diciembre de 2009
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