¿Qué pasa en la Procuraduría de Justicia de Veracruz?
Es urgente que el árbol de la fiscalía del estado sufra una sacudida para que caigan las frutas podridas.
A últimas fechas se viene observando que la Procuraduría está convertida en una institución que prefabrica culpables, a los que inventa delitos nunca cometidos por los presuntos responsables que consigna ante un juez.
Lo que indudablemente habla del ineficiente y pésimo trabajo de Salvador Mikel Rivera al frente de la institución encargada de procurar justicia en la entidad.
Tanto que sufrió Mikel para sentarse en la procuraduría, ya que tuvo que aguantarse tres años para llegar, y ahora con sus acciones demuestra que el cargo le quedó demasiado grande.
No hay hasta ahora, en el tiempo del ex chirinista como fiscal estatal, un solo caso de investigación ministerial que haya sido resuelto apegado a derecho y que los verdaderos responsables de haber cometido un delito se encuentren tras las rejas.
Cada proceso criminal presuntamente “resuelto” por los agentes de la Agencia Veracruzana de Investigación, antes policía judicial, huele a corrupción, arbitrariedad, falsedad y abuso de poder.
Vienen a mi mente los reprobables y aberrantes asesinatos de Karina Reyes Luna, sobrina del arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, y de las nueve mujeres de la región de Isla y Rodríguez Clara, municipios ubicados al sur del estado, en la zona de los Tuxtlas.
Todos, primero secuestros y luego homicidios, que han sacudido a la opinión pública, y ridiculizado a los órganos encargados de la seguridad de los veracruzanos.
Y lo más crítico, lo vergonzante de las autoridades encargadas de las indagatorias, es que para justificar su trabajo, han inventado culpables, a los cuales han sometido a proceso judicial, mientras que los verdaderos responsables, andan libres en las calles muertos de risa y cometiendo más asesinatos.
En la muerte de la sobrina del prelado, los detenidos por la PGJ se encuentran a punto de obtener su libertad en virtud que la acusación está prendida de alfileres y elaborada con las patas.
Lo mismo sucede con las muertas de Isla y Rodríguez Clara; los presuntos sospechosos que la AVI entregó al Poder Judicial, no son los auténticos criminales, y el verdadero responsable, ha vuelto atacar al aparecer el miércoles pasado una víctima más.
Y así como lo casos de la infortunada Karina Reyes Luna y de las muertas de Isla, suman muchos más en los que la Procuraduría de Salvador Mikel ha prefabricado culpables para acallar los reclamos sociales.
Lo grave del asunto es que los encargados de la PGJ han engañado al propio gobernador Fidel Herrera, a quien mal informaron del “éxito” jamás obtenido en las pesquisas de la Agencia Veracruzana de Investigación, al cargo de José Domingo Martínez Riveroll, considerado por muchos como un pájaro de cuentas, inexperto y represor de inocentes para que se confiesen culpables.
Ayer martes, en gira de trabajo precisamente por el municipio de Isla, donde inauguró el nuevo palacio municipal, el gobernador Fidel Herrera constató la molestia de familiares de los cuatro supuestos criminales acusados de secuestrar, violar y asesinar a nueve mujeres en aquella zona.
Fiel a su estilo de gobernar atendiendo en forma personal los reclamos ciudadanos, Fidel escuchó a los quejosos, quienes no quitan el dedo del renglón al asegurar que sus “presos” son chivos espiatorios creados por la Procuraduría de Justicia para proteger al o a los reales criminales.
Y no son para menos las denuncias de la familia de los detenidos…
En toda la zona de Santiago Tuxtla, Isla y Rodríguez Clara, es un secreto a voces que la propia PJG cubre con el manto de la complicidad al verdadero violador y asesino de mujeres.
Según informes, al chacal del sotavento, como ha sido bautizado, todos lo conocen como “el ingeniero”, y se trata de un joven muy conocido, integrante de la crema y nata de la sociedad isleña, y amigo personal de la clase política de esa región piñera.
Sólo los agentes ministeriales y el propio Martínez Riverroll, se hacen los ciegos y sordos ante la identidad del verdadero criminal.
Por lo pronto, con el nuevo y lamentable homicidio de otra mujer en el municipio de Rodríguez Clara, que administra la ahijada de palacio de gobierno, Amanda Gasperín, se viene abajo el teatro armado por Salvador Mikel Rivera y su empleado Domingo Martínez Riveroll.
Y se confirma que la Procuraduría estatal está convertida en un cochinero.
¿O usted qué opina?
miércoles, 30 de diciembre de 2009
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