miércoles, 9 de diciembre de 2009

TAN MALO EL PINTO COMO EL COLORADO


Se vislumbran malos presagios económicos para el país…
Agustín Carstens, el hombre financiero estrella del calderonismo, salió del gabinete presidencial para irse al Banco de México.
El presidente Felipe Calderón lo saca de la Secretaría de Hacienda, después de la embestida de impuestos realizada contra el pueblo mexicano, autorizados por diputados y senadores.
Y en su lugar, Calderón nombra a Ernesto Cordero Arroyo, quien venía haciendo la función de Secretario de Desarrollo Social.
Los cambios de Calderón tienen varias lecturas.
Por un lado indican que no tiene sustitutos de peso político y académico para cubrir los huecos vacantes que vayan presentándose en su administración.
Cordero Arroyo, no es la mejor elección para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Y como ha quedado demostrado, tampoco lo fue Fernando Gómez-Mont en la secretaría de Gobernación, sustituyendo al desaparecido Juan Camilo Mouriño.
Y por el otro se observa que el presidente se deja llevar más por los odios y rencores que por el bienestar de una institución, en su caso como el Banco de México.
La comunidad económica nacional e internacional veía con buenos ojos que Guillermo Ortiz siguiera al frente del Banco de México, pero Calderón no le perdonó que haya expresado sus desacuerdos con las políticas financieras implementadas por su gobierno.
Y esa actitud, huele a venganza política, y que a todas luces es una muestra de un revanchismo que no debiera tener existencia en estos momentos de incertidumbre económica, en la que el país se encuentra a un paso del colapso social.
La salida de Ortiz del Banco de México, se venía especulando desde la semana pasada, aún con la resistencia incluso de organismos financieros internacionales.
Pero pudo más la soberbia del poder, esa que tanto daño ha dañado y perjudicado a las instituciones públicas de México.
Aquí en este espacio hemos salido en defensa de los ataques infundados contra el presidente Calderón, como el que hace unos días realizó el ratón Miguelito, pero por respeto y lealtad a nuestros lectores, también criticamos los errores del gobierno federal.
Con toda oportunidad señalamos que la salida de Carsten a la SHCP y la llegada de Cordero, no son signos de bienestar para México.
El gordo Cartens llegó a la Secretaría de Hacienda del gobierno mexicano con el prestigio del Fondo Monetario Internacional, y aún así su trabajo en los tres años de la administración calderonista, ha sido criticado por la inmensa mayoría del pueblo mexicano, principalmente a partir de la escalada de aumentos en los servicios del gobierno federal.
Mientras que a Ernesto Cordero Arroyo, el nuevo titular de la SHCH, no se le conoce una ficha curricular en el servicio público, menos que sea experto en finanzas, en el manejo de los impuestos del pueblo.
Según su semblanza, es licenciado en Actuaría, egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México, el ITAM, y es maestro y doctor en economía por la Universidad de Pennsylvania, de Estados Unidos.
Pero con todos esos títulos económicos, como secretario de Desarrollo Económico, Cordero Arroyo, dio muestras más de un pillo buscando hacer negocios, que de un funcionario honesto y transparente al servicio de un presidente preocupado por salvar a México.
De Cordero Arroyo, se sabe que, usando el tráfico de influencias, formó un despacho contable, contratado siempre en forma mañosa y preferencial por la Auditoría Superior de la Federación, para realizar todas las revisiones de los recursos federales enviados y administrados por los gobernadores de los estados.
Y según, se ha especulado, la empresa contable de Cordero ha servido de tapadera para un chingo de gobernadores que no sabían cómo comprobar el desvío de recursos recibidos de la federación.
Aseguran que decenas de importantes ayuntamientos del estado de Veracruz que desviaron dinero federal en actividades partidistas, fueron salvados por la mano de Cordero Arroyo.
Y todas esas bondades, los pillos en los ayuntamientos o en el propio gobierno estatal, se la deben al ex diputado federal Adolfo Mota Hernández, amigo cercano al nuevo titular de la SHCP, donde seguro agarrará chamba.
Con los presuntos antecedentes de Cordero Arroyo, no queda más que preguntar…
¿Qué negocios truculentos no realizará al frente de la SHCP?
Claro, aquellos que han hecho transacciones millonarias con él, incluidos gobernadores, echarán las campanas al vuelo.
Y mientras tanto, el país seguirá hundiéndose.
Cordero por Carstens, llevan más a México al abismo financiero.
¿O usted qué opina?

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