martes, 10 de agosto de 2010

CALDERÓN EN EL FILO DE LA NAVAJA

BUENOS DIAS VERACRUZ

Por: David Varona Fuentes
10 de agosto de 2010


Soplan vientos de reconciliación nacional en México.
El flagelo de la inseguridad pública reúne a todos los actores políticos del país.
Por un lado, Felipe Calderón empieza a tomar en serio su verdadero papel de presidente de la República, haciendo a un lado los intereses del partido político al que pertenece.
Y por el otro, los representantes partidistas, olvidando rencillas y agravios, aceptan reunirse con Calderón y su equipo de colaboradores en seguridad federal.
Todos juntos en abierto y público Diálogo por la Paz.
Desde aquel lamentable y bochornoso desencuentro del 1 de diciembre de 2006 en el recinto del Congreso de la Unión, Calderón no se veía las caras con todos los dirigentes de los institutos políticos. Guardaba en lo más recóndito de su ser, odios, rencores y sed de venganza contra aquellos líderes partidistas que tomaron la tribuna de San Lázaro, obligándolo entrar por la puerta de servicio a rendir protesta como sucesor de Vicente Fox.
Por aquella amarga, tumultuosa y atropellada toma de posesión como Presidente de México, Calderón se encerró en su caja de Pandora con los integrantes de su gabinete, y jugando al Llanero Solitario, quiso gobernar y resolver los grandes problemas nacionales.
Don Felipe no veía, no escuchaba, ni tampoco oía los llamados de las distintas corrientes partidistas del país que como agoreros del desastre, auguraban la parálisis política y la catástrofe de inseguridad pública que agobia a la nación.
Transcurrieron tres años y nueve meses de cerrazón federal, de indiferencia, de estériles venganzas contra diversos personajes políticos. Todo este largo tiempo de aplicar políticas del yo-yo, aunado a la crisis económica internacional, han desencadenado en México desempleo, nulo crecimiento, y lo más grave, 29 mil muertos, hasta el 31 de julio, a causa de la guerra perdida que el gobierno calderonista mantiene contra los carteles de las drogas y del crimen organizado.
El país está ensangrentado; todos los días mueren diez, veinte, treinta y hasta cuarenta mexicanos, entre buenos y malos, y también inocentes que son brutalmente asesinados por sólo encontrarse en horas y lugares equivocados.
En consecuencia, Calderón siente ya que lo ahoga la criminalidad; que no puede solo; que las instituciones, la paz y la seguridad públicas, se encuentran en grave peligro.
Por lo tanto, llegó el momento de la unidad nacional.
A través del foro Diálogos por la Paz, el presidente ya escucha, atiende y acepta opiniones y recomendaciones. Dice estar dispuesto a cambiar, modificar lo que ha fallado en materia de seguridad pública.
Largos y tendidos son los encuentros que viene encabezando el Presidente Felipe Calderón con los distintos sectores políticos y sociales del país, buscando encontrar soluciones viables, que den resultado para devolverle a los mexicanos la paz y seguridad perdidas.
Este martes, por primera vez en el sexenio, correspondió a los diversos líderes partidistas entrevistarse con el presidente y su gabinete de seguridad.
Aparte de escuchar a un repetitivo Genaro Garcia Luna, Secretario de Seguridad Pública Federal y su danza de cifras de criminalidad nacional e internacional, nada nuevo se dijo, nada nuevo se descubrió, y nada extraordinario se propuso para terminar con la inseguridad pública.
Los mexicanos quieren escuchar qué vías de solución son las que garantizarán el regreso de la seguridad en las calles y en los hogares del país; no desean ver más exposiciones y monólogos de buenos deseos.
Pero bueno, que el presidente se abra a la sociedad y a los actores políticos para percibir la problemática de la inseguridad en otras voces que nunca aceptó escuchar, son buenos síntomas de que se camina en la dirección correcta.
Por ello, resulta por demás importante el próximo encuentro de Calderón con los integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores, a celebrarse el jueves 12 del presente mes, es primordial para el objetivo que se busca en materia de seguridad pública.
El presidente y los mandatarios estatales encabezados por su representante en turno Fidel Herrera Beltrán, tocarán puntos neurálgicos de la problemática delictiva en todos sus órdenes; no debe olvidarse que son los gobernadores los que conocen como la palma de sus manos, los males de inseguridad en cada ciudad, pueblo, comunidad y ranchería en los respectivos estados bajo su mando.
En días pasados el gobernador de Veracruz Herrera Beltrán en su calidad de presidente de la CONAGO y otros colegas suyos, tuvieron con Calderón una reunión en Los Pinos previa a la de este jueves, en la que los visitantes ofrecieron al presidente todo su apoyo en la lucha contra las bandas del crimen organizado.
Debe destacarse que en lo que respecta a Veracruz, Fidel Herrera nunca ha ninguneado su decidido e irrestricto respaldo a Calderón en materia de seguridad pública.
Pese a la guerra sucia, disminución y suspensión de las partidas presupuestales a su gobierno, Fidel siempre se ha declarado soldado del presidente tratándose de beneficios para la república.
Por lo que hoy menos que nunca; como líder de la CONAGO es el gran impulsor de los acuerdos nacionales entre la Federación y los gobernadores estatales.
Sin lugar a dudas, soluciones sustantivas habrán de salir el jueves entre Calderón y la CONAGO.
¿O usted qué opina?

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