lunes, 5 de enero de 2015

LOS MAL QUERIDOS



BUENOS DÍAS VERACRUZ

David Varona Fuentes

Martes 6 de enero del 2015.


No hubo sorpresas.

El gobernador Javier Duarte movió sus piezas en el gabinete estatal.

Los cambios anunciados se cumplimentaron.

Se fueron el secretario de Gobierno, Erick Alejandro Lagos Hernández, el secretario de Educación, Adolfo Mota Hernández, el titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca, Manuel Emilio Martínez de Leo y el responsable de la Coordinación General de Comunicación Social, Alberto Silva Ramos.

Lagos, Mota y Silva, van en busca del sueño legislativo del 2015 en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Martínez de Leo, simplemente se va.


Con la salida de Erick Lagos de la dependencia responsable de la política interior  del Gobierno de Veracruz, termina una etapa de simulación, engaños, inventos y falacias.

Son muchas las voces que, por el bien de Veracruz y la administración estatal aplauden la salida del gabinete del oriundo de isla, su tierra natal, convertida hoy día en un polvorín de sangre provocada por ejecuciones, vendettas, levantones y secuestros.

Todo por el control de la plaza.

Y todo ante el silencio complaciente del hijo predilecto de los Llanos del Sotavento, pero también el más odiado en la historia política de esas prodigiosas tierras aptas para la agricultura.

Hay que decirlo:

Falló Lagos en su responsabilidad  de trabar los acuerdos del Estado con los actores políticos, que condujeran a Veracruz por los caminos de la paz, la concordia y la civilidad política.

Por todos es conocido cómo se las gastó el joven Erick al frente de la Secretaría de Gobierno.

Jugó con la confianza del gobernador Duarte. Servía a dios y al diablo.

Disfrutaba incendiando el estado para que después, vestido de bombero saltara a la palestra como el gran apagafuegos.

Salió del gobierno de la prosperidad, el fidelista que nunca entendió quién manda en Veracruz desde el 1 de diciembre de 2010.

También se fue Adolfo Mota Hernández, otro farsante que con el cuento y la diatriba manejó cuatro años la secretaría de Educación como patrimonio familiar. Decenas de consanguíneos suyos y de su esposa, recibieron plazas de aviadores, con salarios escalofriantes que van desde los 20 hasta los 60 mil pesos mensuales.

Uno más que resultó un lastre para el gobierno estatal es Manuel Emilio Martínez de Leo.
Llegó a la Sedarpa sólo a servirse, basta echarle un vistazo a sus prósperos ranchos. Deja  el campo y la ganadería convertido un desastre, con denuncias de corrupción y desvío de recursos por toda la geografía estatal.

Alberto Silva, el vocero, dijo adiós a la Coordinación de Comunicación Social; se fue por la puerta de atrás dejando una herencia maldita de muchos millones de pesos de deuda a medios de comunicación.

Los que llegan…

Gerardo Buganza Salmerón, retorna a la Secretaría que lo estrenó como integrante de un régimen tricolor, aun siendo de raíces azules.

Desde luego que don Gerardo, se ganó a pulso nuevamente esta dependencia que lleva el  control político del estado, Buganza puede usted anotarlo entre los tiradores serios a la  mini gubernatura de dos años. El gobernador le tiene absoluta confianza.

Destaca el arribo del doctor Flavino Ríos Alvarado como titular de la Secretaría de Educación de Veracruz. Sin lugar a dudas, acertado el nombramiento que hace el gobernador Duarte.

Flavino es un político serio; protagonista de muchas batallas políticas en las responsabilidades que ha tenido, no tiene la escuela de agarra pendejos, es hombre de fiar.
Ramón Ferrari Pardiño, asume la responsabilidad de Secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca. Tiene experiencia en el ramo, ya ocupó el mismo cargo en el gobierno de Miguel Alemán Velasco (1998-2004). Ramón sabe de política, conoce a los grupos de campesinos, agricultores y ganaderos, es negociador y su nombramiento ha sido recibido con beneplácito entre la clase política, sobre todo ahora en tiempos electorales.

Buen ojo del gobernador Duarte.

Juan Octavio Pavón, es el nuevo encargado de Comunicación Social.

Recibe una papa caliente.

Veremos de qué está hecho, aunque se comenta que tiene toda la confianza del gobernador y de su esposa Karime Macías Tubilla.

Los que se quedaron en el camino…

Jorge Carvallo Delfín, secretario de Sedesol estatal  y Nohemí Guzmán, secretaria de protección Civil.

No son garantía de nada en el proceso electoral de 2015.

¿O usted qué opina?

PD. Silencio…cómplice maldito: los amigos son de mentiras y los enemigos son de verdad…





PUNTA DE LANZA…

MATAR DOS PÁJAROS DE UN SOLO TIRO…

Ahora que lo investigan por su probable responsabilidad en la desaparición- levantón del activista ciudadano, taxista, fotógrafo y editor del periodiquito La Unión en el municipio de Medellín de Bravo, Moisés Sánchez Cerezo, la Procuraduría General de Justicia del Estado debería aprovechar la oportunidad para husmear, indagar, la inmensa riqueza que, de la noche a la mañana, ha logrado acumular el alcalde blanquiazul Omar Cruz Reyes.

A propios y extraños sorprende la prosperidad económica del edil, cuando todos recuerdan la pobreza en la que creció por las carencias de sus padres.

La fortuna económica y patrimonial que posee Cruz Reyes, desde luego, nada tiene que ver con desvío o robo de los recursos que maneja como presidente municipal de Medellín. La opulencia financiera tiene que ver con otras presuntas actividades.

Información privilegiada en nuestro poder, presume que el munícipe es/ fue prestanombres de connotados personajes no gratos en Veracruz, para fortuna de él, ya desaparecidos, algunos de éstos abatidos por fuerzas federales.

Sobre su rivalidad personal o política con el hoy desaparecido Moisés Sánchez, nos hacen saber que antes de hacerse público el enfrentamiento entre ambos, los dos comían (casi) en el mismo plato, eran grandes amigos. El foto-editor fue defensor a ultranza del entonces candidato del PAN a la alcaldía de Medellín y miembro entusiasta de su campaña proselitista.

Comentan que la separación de Omar y Moisés fue por motivos de pesos.

¿Qué los enfrentó?

¿Qué irritó tanto a Moisés al grado tal de llamar a Omar “sal perro a dar la cara”, en algunas de sus manifestaciones de protesta frente a palacio municipal de Medellín?
La PGJ tiene un hueso duro de roer en el caso del levantón del activista de Medellín, y más grave el paquete si el desenlace termina con lo que la mayoría de los habitantes del municipio ya especulan tras el paso de las horas. Y peor si las indagatorias ministeriales continúan señalando hacia el inmueble municipal. 


Ojalá que  el procurador Bravo haga honor a su apellido y no nos vaya a salir con una telenovela…



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