Paro transportista de brutales consecuencias para el pueblo veracruzano.
La entidad prácticamente quedó paralizada por la criminal suspensión del servicio urbano y suburbano de pasajeros.
Estudiantes, empleados, trabajadores, amas de casa y vendedores, no pudieron llegar a sus centros escolares ni de trabajo, porque a los gangsters de las líneas camioneras se les hinchó paralizar la prestación del transporte.
Fueron siete horas, de las cinco de la mañana a las doce del día, de caos, rabia, impotencia y maldiciones por parte de la ciudadanía.
Increíble que eventos que lesionan la raquítica economía ciudadana, tengan lugar en un estado donde todos los días, pedorrean defender el gasto de las familias veracruzanas en tiempos de crisis financiera mundial.
Pero mayor indignación provoca saber que detrás de la decisión de interrumpir el transporte urbano, se encuentren las mismas mentes perversas y siniestras que mantienen a Veracruz en medio del terror y la zozobra.
No era para menos.
Gobierno y transportistas, siempre han operado como un binomio de corrupción y componendas en la repartición del pastel que representan las concesiones para el servicio de pasajeros.
Hoy más que nunca el gobernador Fidel Herrera vive un maridaje de intereses con el pulpo camionero, gracias a los millonarios apoyos económicos que recibiera para su campaña político-electoral del 2004. Claro a cambio de algo…
El gobierno de Miguel Alemán, vía Montano-Jorge Moreno Salinas-Tomás Mundo, entregó a Fidel miles de concesiones para el transporte estatal como “ayuda” a su trabajo proselitista, las cuales el abanderado del tricolor “vendió” como cocadas a sus amigos permisionarios, teniendo como intermediario a Mario Zepahua.
Desde entonces, gobierno estatal y camioneros, llevan una relación simulada de apretones cada vez que el pulpo pide aumento a las tarifas del servicio, o cuando la autoridad demanda renovación de las unidades chatarras, que en forma vergonzosa sirven de transporte de los veracruzanos.
En la época de Martha Montoya, como directora de Tránsito y Transporte, los permisionarios de la zona norte del puerto de Veracruz, denunciaron la entrega de 300 mil pesos mensuales a la funcionaria Fidelista, a cambio de permisos o autorizaciones para invadir rutas.
Como se observa con el inadmisible paro de ayer, gobierno y transportistas vuelven a las andadas.
Juntos representan otro grupo de vándalos, como muchos más que operan en Veracruz desde la llegada del gobierno Fidelista a Veracruz.
Son un nuevo amasiato político usado para retar y exigir al presidente Calderón, congele el precio del diesel.
Sólo que ésta vez el principal instigador de los ataques y denostaciones al gobierno calderonista, tira la piedra pero esconde la mano, para luego aparecer como el milagroso Cristo Negro.
Una muestra de ello, es que ayer mismo, una vez levantada la interrupción del servicio, los cabecillas del transporte, (que no escribo sus nombres por la náusea que me provocan), pidieron al gobernador Herrera, sea el intermediario entre ellos y el gobierno federal.
Yo me pregunto…
¿Por qué no pidieron su intervención antes de darle en la madre a los veracruzanos que dejaron varados por la falta del transporte urbano?
Ese cuento de incendiar el estado y luego hacerla de bombero, es ya viejo.
Sin embargo, a mi amigo Fidel parece seguirle dando resultados para apretar al presidente Calderón a que cumpla sus promesas.
Varios testaferros a los que el tío Fide convirtió, de golpe y porrazo, en dirigentes de productores cañeros cenecistas, han sido incitados por el gobernador a tomar instalaciones de ingenios, como medida de protesta ante el gobierno federal.
Quien lo dude, que pregunte al exlíder del Ingenio El Modelo, Arnulfo Hernández Carrillo; también a Juan Carlos Molina, representante de los que siembran la gramínea en La Gloria, y todo un pájaro de cuentas, multimillonario en los cuatro años del Fidelismo; de vivir en una choza en El Coyol ahora habita una mansión en Costa de Oro, en Boca del Río.
O al comerciante Andrés Beceiro, quien desde palacio estatal recibe las instrucciones para encabezar los apagones en los comercios de Xalapa, protestando por los altos costos del fluido eléctrico. A cambio, se presume recibe “gratificaciones”, y la promesa de hacerlo regidor en la próxima comuna municipal.
¿Cuántos casos más en los que azuza a sus cómplices contra la federación, podría enlistarle al joven mandatario veracruzano?
Muchos, pero en el de ayer, se le pasó la mano.
Afectó a la ciudadanía que, como excelente actor, simula defender.
¿O usted qué opina?
La entidad prácticamente quedó paralizada por la criminal suspensión del servicio urbano y suburbano de pasajeros.
Estudiantes, empleados, trabajadores, amas de casa y vendedores, no pudieron llegar a sus centros escolares ni de trabajo, porque a los gangsters de las líneas camioneras se les hinchó paralizar la prestación del transporte.
Fueron siete horas, de las cinco de la mañana a las doce del día, de caos, rabia, impotencia y maldiciones por parte de la ciudadanía.
Increíble que eventos que lesionan la raquítica economía ciudadana, tengan lugar en un estado donde todos los días, pedorrean defender el gasto de las familias veracruzanas en tiempos de crisis financiera mundial.
Pero mayor indignación provoca saber que detrás de la decisión de interrumpir el transporte urbano, se encuentren las mismas mentes perversas y siniestras que mantienen a Veracruz en medio del terror y la zozobra.
No era para menos.
Gobierno y transportistas, siempre han operado como un binomio de corrupción y componendas en la repartición del pastel que representan las concesiones para el servicio de pasajeros.
Hoy más que nunca el gobernador Fidel Herrera vive un maridaje de intereses con el pulpo camionero, gracias a los millonarios apoyos económicos que recibiera para su campaña político-electoral del 2004. Claro a cambio de algo…
El gobierno de Miguel Alemán, vía Montano-Jorge Moreno Salinas-Tomás Mundo, entregó a Fidel miles de concesiones para el transporte estatal como “ayuda” a su trabajo proselitista, las cuales el abanderado del tricolor “vendió” como cocadas a sus amigos permisionarios, teniendo como intermediario a Mario Zepahua.
Desde entonces, gobierno estatal y camioneros, llevan una relación simulada de apretones cada vez que el pulpo pide aumento a las tarifas del servicio, o cuando la autoridad demanda renovación de las unidades chatarras, que en forma vergonzosa sirven de transporte de los veracruzanos.
En la época de Martha Montoya, como directora de Tránsito y Transporte, los permisionarios de la zona norte del puerto de Veracruz, denunciaron la entrega de 300 mil pesos mensuales a la funcionaria Fidelista, a cambio de permisos o autorizaciones para invadir rutas.
Como se observa con el inadmisible paro de ayer, gobierno y transportistas vuelven a las andadas.
Juntos representan otro grupo de vándalos, como muchos más que operan en Veracruz desde la llegada del gobierno Fidelista a Veracruz.
Son un nuevo amasiato político usado para retar y exigir al presidente Calderón, congele el precio del diesel.
Sólo que ésta vez el principal instigador de los ataques y denostaciones al gobierno calderonista, tira la piedra pero esconde la mano, para luego aparecer como el milagroso Cristo Negro.
Una muestra de ello, es que ayer mismo, una vez levantada la interrupción del servicio, los cabecillas del transporte, (que no escribo sus nombres por la náusea que me provocan), pidieron al gobernador Herrera, sea el intermediario entre ellos y el gobierno federal.
Yo me pregunto…
¿Por qué no pidieron su intervención antes de darle en la madre a los veracruzanos que dejaron varados por la falta del transporte urbano?
Ese cuento de incendiar el estado y luego hacerla de bombero, es ya viejo.
Sin embargo, a mi amigo Fidel parece seguirle dando resultados para apretar al presidente Calderón a que cumpla sus promesas.
Varios testaferros a los que el tío Fide convirtió, de golpe y porrazo, en dirigentes de productores cañeros cenecistas, han sido incitados por el gobernador a tomar instalaciones de ingenios, como medida de protesta ante el gobierno federal.
Quien lo dude, que pregunte al exlíder del Ingenio El Modelo, Arnulfo Hernández Carrillo; también a Juan Carlos Molina, representante de los que siembran la gramínea en La Gloria, y todo un pájaro de cuentas, multimillonario en los cuatro años del Fidelismo; de vivir en una choza en El Coyol ahora habita una mansión en Costa de Oro, en Boca del Río.
O al comerciante Andrés Beceiro, quien desde palacio estatal recibe las instrucciones para encabezar los apagones en los comercios de Xalapa, protestando por los altos costos del fluido eléctrico. A cambio, se presume recibe “gratificaciones”, y la promesa de hacerlo regidor en la próxima comuna municipal.
¿Cuántos casos más en los que azuza a sus cómplices contra la federación, podría enlistarle al joven mandatario veracruzano?
Muchos, pero en el de ayer, se le pasó la mano.
Afectó a la ciudadanía que, como excelente actor, simula defender.
¿O usted qué opina?
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