JUEGO DE COMPLICIDADES

Viven Contraloría y ORFIS, maridaje de complicidades.
Y no es para menos.
La consigna que reciben es esconder, desaparecer o negociar los hurtos de los dineros públicos, protegiendo a los pillos, que siempre resultan ser amigos, parientes, amantes y compadres del poder en turno.
Clara Luz Prieto Villegas, la contralora, y Mauricio Audirac Murillo, el auditor general del ORFIS, son simples figuras decorativas y achaparradas.
No arreglan siquiera ni la cama donde se acuestan, muchos menos podrían convertirse en látigos de los funcionarios corruptos que enriquecen con el erario del estado.
Representan la vergüenza para Veracruz como instancias fiscalizadoras del dinero estatal, y el hazme-reír de los ladrones que, en forma increíble, siempre salen limpios de las auditorías amañadas.
La conchabanza de Audirac con los corruptos Fidelistas, blanquiazules y Dantistas, tal vez debiera entenderse a que el joven auditor, compañero de aventuras de la Joserra jarocha, fue producto de la negociación política.
Lo propuso el PAN y el PRI del gobernador Fidel Herrera, tuvo que ceder y aceptarlo.
Por lo tanto, el chico de los finos modales, alcanzó la titularidad del Órgano de Fiscalización Superior del estado, gracias al amasiato que en agosto de 2006 había entre diputados locales del PRI, PAN y Convergencia, de la pasada legislatura.
En pago, Audirac Murillo, protege a todos sus hacedores con el manto de la impunidad, pisoteando la ley de responsabilidades públicos y burlándose del pueblo veracruzano, que observa cómo sus alcaldes salen del cargo siendo dueños de ranchos y mansiones, y también con las alforjas repletas de dinero.
En sus más de dos años al frente del ORFIS, el sobrino del exsecretario de Finanzas Rafael Murillo Pérez, no ha querido cazar a ningún sinvergüenza de Veracruz que amasó fortuna ilícita.
Y no esperemos que lo haga, partiendo de la carta de exoneración que les dio a los alemanistas, aún teniendo los pelos en las manos para procesar a por lo menos una veintena de directores de áreas y a medio gabinete del ratón Miguelito.
En el colmo del descaro y el cinismo, Montano, Loyo, Porpillo Serrano, Ferrari, Lazo, Souza, Tomás Mundo y demás miembros de la banda alemanista, resultaron limpios como las aves que cruzan el pantano.
De doña Clara Luz, qué puede esperarse.
Sus cartas credenciales de presentación indican que siempre ha estado del lado de los malos y deshonestos.
Basta recordar su actuación como Subprocuradora de Justicia en la zona de Córdoba, principalmente cuando se vio involucrada en aquel escándalo de grandes magnitudes judiciales al ordenar “la libertad “ de integrantes de la banda Los Cuajú, que la policía había detenido acusados del robo de vehículos.
En suma, qué pueden esperar los veracruzanos de Audirac y de la contralora Prieto Villegas, como responsables de vigilar el estricto y honesto gasto público del gobierno estatal y de los municipios.
Nada, sólo torpeza y deshonra.
O será acaso que de verdad no encuentran culpables en el gabinete de la Fidelidad, y que nada más exista un pillo mayor, para ellos intocable.
Será el mismo que tiene en la mira el gobierno calderonista.
¿O usted qué opina?