lunes, 27 de octubre de 2008

ARTURO HERVIZ SEPULTA AL PERREDISMO VERACRUZANO

Agoniza el Partido de la Revolución Democrática.
Pugnas internas, disputas por parcelas de poder y la imposición de candidatos a puestos de elección popular, tienen al PRD con un pie en la sepultura.
Es el resultado destructivo a la intromisión del gobierno calderonista en la vida interna del partido del Sol azteca, aprovechando la disposición para el soborno que tienen muchos de sus representantes populares.
Para nadie son un secreto las negociaciones que, en lo obscurito de la Secretaría de Gobernación, sostiene en forma permanente Juan Camilo Mouriño con distinguidos senadores y diputados federales perredistas.
Son los que traicionaron al Peje Andrés Manuel López Obrador, dejándolo solo con su lucha contra el gobierno de Felipe Calderón y sus deseos privatizadores de la industria petrolera nacional.
El jueves pasado la mayoría de los senadores del PRD se sumaron a las bancadas del PAN, PRI, PT, PNAL y Vede Ecologista para aprobar por mayoría los siete dictámenes de la reforma energética enviada por el presidente Calderón.
Y para hoy martes, 95 o 100 de los 127 diputados federales que el PRD tiene en San Lázaro, se unirán a la comparsa que encabezan los legisladores del PAN seguidos por los priístas y demás fuerzas políticas aglutinadas en aquel recinto parlamentario.
Unidos todos para levantar el dedo en señal afirmativa a los cambios constitucionales en materia energética.
Durante dos años, como integrantes mayoritarios de una misma legislatura federal, azules, colorados y amarillos nunca coincidieron en sus puntos de acuerdo, siempre anduvieron a los golpes y arañazos, defendiendo sus intereses partidistas.
De esa lucha férrea y combatiente de un PRD unido, ni sus luces quedan; hoy sólo es sombra aquel 1 de diciembre de 2006 cuando juntos, senadores y diputados se apoderaron de la Tribuna del Congreso de la Unión para impedir que Felipe Calderón rindiera la protesta de ley.
El poder de don billete, más que los intereses de toda una nación, se impuso el jueves entre los senadores, y repetirá efecto este día con los diputados.
La protesta de un desesperado y abandonado Peje, quedará otra vez en lo que siempre ha sido…un grito en el desierto.
El fantasma del divisionismo, las intrigas, traiciones y los golpes bajos entre la propia militancia, continúa siendo el enemigo que destruye la vida política del partido fundado en 1989 por Cuahutémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.
Y una muestra del encontronazo interno que sostienen las diferentes corrientes perredistas, dejó como saldo el cochinero de la elección del dirigente nacional, misma que todavía sigue sin poder asearse.
Y como efectos secundarios provoca descalabros electorales en los estados del país en los que se realizan elecciones locales.
Las dos últimas palizas al PRD, en Guerrero y Coahuila, hablan por si solas de la emergencia política que enfrenta el partido amarillo. Haber perdido el puerto de Acapulco, que representaba la Joya de la Corona, representó un golpe demoledor para el Sol azteca.
En Veracruz el PRD no tiene pies ni cabeza; el senador Arturo Herviz está encargándose de clavarle la estocada mortal al pretender manejar como sus marionetas a los dirigentes estatales, imponiéndoles candidatos a perdedores a todos los cargos de elección que, al igual que él, no ganan ni siquiera en la casilla de su colonia.
Al de Angel R. Cabada, político gris y limitado, explotador de las causas cañeras que le han dejado incalculables fortunas y majestuosas mansiones que usa como casas de campo, y que de alcalde de su pueblo saltara al senado gracias a los votos de Dante Delgado, lo señalan como el causante del desastre que envuelve al PRD.
Y el senador don Arturo, como ordena que le llamen por su alta investidura legislativa, creado políticamente por algunos columnistas mercenarios que hoy lo golpean con la misma pluma que ayer lo idolatraban, está más que presto para erigirse en el poseedor del poder y principal operador perredista en los comicios federales del año entrante.
De acuerdo a los últimos sondeos, si hoy fueran las elecciones intermedias, el PRD, de ir solo en la contienda, desaparecería del escenario político veracruzano.
Lo mismo ocurriría a Convergencia, la franquicia política del senador Dante Delgado que usa para colgarse de las mangas del PRD y del Partido del Trabajo.
El cordobés es de los escasos senadores que siguen guardando lealtad a López Obrador.
Y no es para menos.
Como fuerza política Convergencia todavía anda en pañales, no ha logrado el vuelo de águila que lo simboliza. Las veces que ha competido sin alianzas apenas y saca los votos para no perder el registro en los estados.
Por lo que, Dante ve en el Peje al único salvador en sus aspiraciones por alcanzar en 2010 la gubernatura de Veracruz, en caso que los colorados no lo invitaran a la fiesta para llevarlo como abanderado.
No debe olvidarse que el triunfo avasallador de Delgado Rannauro como candidato a senador en 2006, se debió en gran parte al efecto López Obrador que, como aspirante presidencial, ganó en casi toda la entidad.
El 2010, es la última llamada para Dante y otros que tienen como obsesión gobernar Veracruz, y para ellos su suerte depende de manos ajenas.
No la tienen nada fácil, menos ahora que el PRI viene cosechando triunfos electorales a lo largo y ancho de la geografía del país.
¿O usted qué opina?

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