martes, 4 de agosto de 2009

SIN ODIOS NI RENCORES URGE LA RECONCILIACIÓN NACIONAL

No son tiempos de divisiones estériles en México.
La crisis que golpea los bolsillos de los mexicanos, demanda unidad incondicional de los tres niveles de gobierno.
Es decir, un pacto indestructible con objetivos únicos de sacar al pueblo mexicano en su conjunto, de la galopante situación económica que viene enfrentando, y que ha dejado sin empleos a más de 2 millones de trabajadores en escasos noventa días.
Basta ya de gobernantes que quieran seguir jugando al “Llanero Solitario” interesados en ser protagonistas del papel de víctimas ante sus gobernados.
El presidente de la república no puede darse el lujo de insistir en implementar políticas financieras, cuya única solución sea disminuir los recursos que por ley debe enviarles a los estados y municipios.
Tampoco los gobernadores de las entidades deben continuar obsesivos enfrentándose al presidente Felipe Calderón, por el sólo hecho de considerarse opositores a su gobierno.
Mucho menos los presidentes municipales pueden preponderar el despido de su base laboral argumentando “no tener dinero porque el gobierno federal les ha reducido sus participaciones”. Mejor que reduzcan sus insultantes salarios y compensaciones en vez de lanzar a la calle a los jefes de familias que perciben sueldos de hambre.
La grave recesión que enfrenta el país no distingue colores partidistas, no por ser gobiernos panistas, priístas, o perredistas, los habitantes de cada uno de los estados resienten menos los embates del crac financiero nacional.
Sin embargo, observo que lejos de proponer acuerdos que coadyuven a disminuir los barruntos de tempestad que ocasiona la crisis económica, algunos mandatarios estatales prefieran divertirse o entretenerse en “tirarle al blanco”, atacando y criticando severamente las decisiones del presidente Calderón.
La administración del gobernador de Veracruz Fidel Herrera, es una de las que, de nueva cuenta, han enderezado sus misiles hacia el huésped principal de la residencia oficial de Los Pinos.
Y la verdad que cada día el tío Fide sorprende a la ciudadanía veracruzana con sus cambios de estrategias políticas.
Un día Fidel envía ramilletes de flores al michoacano para que todos, principalmente sus enemigos que están muy cercanos a Calderón, vean que entre “él y Felipe todo es miel sobre hojuelas”.
Pero 24 horas después de los halagos desmedidos a la figura presidencial, al político de Nopaltepec lo ataca su demencia acostumbrada, y vuelve a lanzar proyectiles mortales al corazón del calderonismo.
Como ejemplo, menciono aquel 19 de julio del año en curso cuando loco de contento el gobernador Herrera anunció que “la federación bursatilizaría las participaciones federales de los municipios del estado, para que, en vez de repartir 11 mil millones, fueran 35 mil millones los que llegaran a los 212 ayuntamientos de la entidad”.
Esa tarde, Fidel no cabía de contento.
Y no era para menos.
El hecho que Calderón retomara el ejemplo Fidelista de llevar a la Bolsa de Valores los recursos destinados a los municipios, atrajo los reflectores nacionales e internacionales, justo lo que al gobernador le gusta y apasiona.
Sin embargo, por la nueva embestida de declaraciones de bufones bajo el mando de Fidel, e incluso hasta del propio gobernador, y también de comentarios de plumíferos al servicio de palacio de gobierno, queda a descubierto que otra vez, la relación de Veracruz y la presidencia de la república, es de “amores perros”.
Por el escenario político que vive Veracruz en plena efervescencia por los predestapes de los aspirantes al 2010, yo me pregunto…
¿A qué juega mi amigo Fidel con esas estrategias de un día amar a Calderón y al otro odiarlo?
¿Porqué el gobernador Herrera se deja llevar por el falso canto de la sirenas de mercenarios de la pluma que de todos los males de la nación, culpan al PAN y al presidente Calderón?
Es cierto, la Fidelidad suma hasta antier lunes,, con el regalo de Tuxpan, 18 diputaciones uninominales que representarán a Veracruz en la próxima Legislatura federal..
Sumando las plurinominales, el total no será mayor a 21 o 22.
Pero 22 escaños, no son los 500 que componen la Cámara de Diputados de San Lázaro.
Por lo tanto, pareciera haberse perdido la dimensión del poder.
El número de diputados Fidelistas que tendrá Veracruz, no son sinónimo de fuerza real para impulsar los cambios y reformas que en forma engañosa fueron propuestos en tiempos electorales, y que siguen siendo la pólvora que enciende la mecha de ataque contra el régimen del presidente Calderón.
Venimos escuchando hasta el cansancio que los legisladores del PRI veracruzano vociferan que cambiarán hasta el modo de caminar al paisano del Tata Lázaro Cárdenas y de su hijo Cuauhtémoc.
Lo último que dijo ayer martes el gobernador Herrera es que “deben ser los diputados y no el ejecutivo federal, los que fijen las tarifas a los servicios públicos”.
Es acertada la opinión o propuesta del mandatario de Veracruz.
Pero se requiere recorrer mucho trecho para capitalizar los buenos deseos.
No debe olvidar mi amigo el gobernador, que “el poder marea a los inteligentes y enloquece a los pendejos”.
Y encumbrados, disfrutando de las miles del poder, es difícil encontrar un político que desprecie los cañonazos millonarios que, con la etiqueta de regalo por sus contribuciones al bienestar de la patria, les hacen llegar desde palacio nacional.
Fidel, más que nadie, sabe los recovecos y componendas del poder.
Como gobernador, es posible que alguna vez haya operado la compra de conciencias opositoras.

En conclusión…
La desgracia que viven millones de veracruzanos y mexicanos en su conjunto, demanda la reconciliación nacional entre presidente de la república y gobernadores del PRI y PRD.
No se vale que anteponiendo intereses personales del futuro, siga usándose al pueblo como carne de cañón.
¿O usted qué opina?

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