Es evidente y notorio que la desesperación hace estragos en el jefe del Partido Acción Nacional.
El presidente Felipe Calderón, no encuentra cómo sacar de la sepultura al instituto político que alcanzó su esplendor el 2 de agosto del 2000, cuando arrebatara al PRI la primera magistratura del país.
Pero que también, en sólo seis años de gobierno, los panistas se engolosinaron de poder sacando las uñas, que por cierto las tenían muy largas por los años que esperaron ganar la presidencia.
Y en un solo sexenio, sus actos de rapiña terminaron decepcionando a un pueblo que, después de 71 años de PRI, quiso probar suerte con otro partido.
El ansiado cambio tanto cacareado por los foxistas, nunca llegó, y la corrupción nada más cambió de casa, del PRI se fue al PAN.
Los escándalos de despilfarro, abuso de poder y tráfico de influencias para hacer millonarios negocios, han llevado a los azules al descrédito nacional, recibiendo verdaderas palizas en los últimos procesos electorales.
Y el líder nato del partido fundado por Gómez Morín, no encuentra la varita mágica con la cual revivir a un PAN agonizante de muerte.
La elección federal de 2009 para renovar los 500 escaños en la Cámara de Diputados de San Lázaro, está a la vuelta de la esquina, y las decisiones que van saliendo desde Los Pinos, son consideradas por algunos analistas políticos como patadas de ahogado.
Y no es para menos tal aseveración.
El gobierno federal acaba de anunciar el congelamiento de precios en 51 artículos comestibles.
Para la clase política nacional se trata nada menos que de una medida populista con miras en el proceso electoral del 2009.
Tanto que critican los panistas al tabasqueño que se proclama presidente legítimo de México, y ahora recurren a fusilarse sus esquemas considerados como demagógicos.
Todo huele a elecciones federales, y así lo vieron todas las centrales obreras del país, las cuales no recibieron con beneplácito el anuncio presidencial.
Principalmente porque la gran mayoría de esos 51 artículos no son considerados de primera necesidad, al no encontrarse al alcance de la desgastada economía popular que ya no ve lo duro sino lo tupido en los centros comerciales.
Han sido los primeros meses de 2008 cuando se ha desatado una carestía en los productos de la canasta básica, con aumentos hasta del 100 y 200 por ciento.
Y las autoridades del gabinete económico del gobierno federal, o las instancias encargadas de vigilar que los voraces comerciantes no abusen en los precios de los básicos, han sido incompetentes y cómplices.
La decisión del presidente Calderón de ordenar “congelar” dichos artículos, es una estrategia electoral que nadie se tragará.
Cuando el ama de casa, que representa el verdadero censor de la economía popular, acuda a esas tiendas trasnacionales a surtir su despensa, se llevará un gran chasco al comprobar que el anuncio presidencial pasó de noche para los comerciantes y nunca lo vieron ni respetaron.
Muchos gobernadores opositores del país, de preferencia los priístas o perredistas, estarán muriéndose de risa ante el anuncio populista del gobierno federal, y empezarán a blindarse políticamente, porque saben que los panistas irán con todos los recursos federales a los comicios del próximo año.
Qué otras pifias electorales con manufactura azul, habrán de conocerse de aquí a octubre cuando arranca prácticamente el proceso federal.
En Veracruz, por el gobierno cercano a la gente que ha ejercido el gobernador Fidel Herrera Beltrán, será muy difícil que la ciudadanía se trague el cuento calderonista.
Y por consiguiente, el 5 de julio de 2009, volverá a vestirse de rojo.
Al tiempo.
¿O usted qué opina?
El presidente Felipe Calderón, no encuentra cómo sacar de la sepultura al instituto político que alcanzó su esplendor el 2 de agosto del 2000, cuando arrebatara al PRI la primera magistratura del país.
Pero que también, en sólo seis años de gobierno, los panistas se engolosinaron de poder sacando las uñas, que por cierto las tenían muy largas por los años que esperaron ganar la presidencia.
Y en un solo sexenio, sus actos de rapiña terminaron decepcionando a un pueblo que, después de 71 años de PRI, quiso probar suerte con otro partido.
El ansiado cambio tanto cacareado por los foxistas, nunca llegó, y la corrupción nada más cambió de casa, del PRI se fue al PAN.
Los escándalos de despilfarro, abuso de poder y tráfico de influencias para hacer millonarios negocios, han llevado a los azules al descrédito nacional, recibiendo verdaderas palizas en los últimos procesos electorales.
Y el líder nato del partido fundado por Gómez Morín, no encuentra la varita mágica con la cual revivir a un PAN agonizante de muerte.
La elección federal de 2009 para renovar los 500 escaños en la Cámara de Diputados de San Lázaro, está a la vuelta de la esquina, y las decisiones que van saliendo desde Los Pinos, son consideradas por algunos analistas políticos como patadas de ahogado.
Y no es para menos tal aseveración.
El gobierno federal acaba de anunciar el congelamiento de precios en 51 artículos comestibles.
Para la clase política nacional se trata nada menos que de una medida populista con miras en el proceso electoral del 2009.
Tanto que critican los panistas al tabasqueño que se proclama presidente legítimo de México, y ahora recurren a fusilarse sus esquemas considerados como demagógicos.
Todo huele a elecciones federales, y así lo vieron todas las centrales obreras del país, las cuales no recibieron con beneplácito el anuncio presidencial.
Principalmente porque la gran mayoría de esos 51 artículos no son considerados de primera necesidad, al no encontrarse al alcance de la desgastada economía popular que ya no ve lo duro sino lo tupido en los centros comerciales.
Han sido los primeros meses de 2008 cuando se ha desatado una carestía en los productos de la canasta básica, con aumentos hasta del 100 y 200 por ciento.
Y las autoridades del gabinete económico del gobierno federal, o las instancias encargadas de vigilar que los voraces comerciantes no abusen en los precios de los básicos, han sido incompetentes y cómplices.
La decisión del presidente Calderón de ordenar “congelar” dichos artículos, es una estrategia electoral que nadie se tragará.
Cuando el ama de casa, que representa el verdadero censor de la economía popular, acuda a esas tiendas trasnacionales a surtir su despensa, se llevará un gran chasco al comprobar que el anuncio presidencial pasó de noche para los comerciantes y nunca lo vieron ni respetaron.
Muchos gobernadores opositores del país, de preferencia los priístas o perredistas, estarán muriéndose de risa ante el anuncio populista del gobierno federal, y empezarán a blindarse políticamente, porque saben que los panistas irán con todos los recursos federales a los comicios del próximo año.
Qué otras pifias electorales con manufactura azul, habrán de conocerse de aquí a octubre cuando arranca prácticamente el proceso federal.
En Veracruz, por el gobierno cercano a la gente que ha ejercido el gobernador Fidel Herrera Beltrán, será muy difícil que la ciudadanía se trague el cuento calderonista.
Y por consiguiente, el 5 de julio de 2009, volverá a vestirse de rojo.
Al tiempo.
¿O usted qué opina?
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