viernes, 20 de junio de 2008

LAS DANZAS DE YUNES Y FIDEL

¿Con qué votos ganaría Yunes la gubernatura?
Es la pregunta de todos, principalmente de sus nuevos compañeros del Partido Acción Nacional.
Y no es para menos esa interrogante que no deja dormir a los bugancistas o juanistas, quienes mantienen vivas sus esperanzas que haya cambio de planes del jefe mayor del PAN para Veracruz.
El expriísta Yunes Linares está peleado con medio Veracruz, insisten en gritar en Los Pinos para sacar del encanto o hechizo yunista al presidente Calderón.
Con la candidatura del actual director del ISSSTE, difícilmente el PAN arrebatará el gobierno estatal al PRI y su Fidelidad.
Ese pronóstico electoral les ha quedado muy claro a los protagonistas de mil batallas en el PAN, esos que han visto a su partido subir y caer de las preferencias ciudadanas.
Los verdaderos panistas del estado, los que se sienten humillados y olvidados por el arribismo del turco Yunes, no comparten el triunfalismo político de sus dirigentes partidistas, guiados por el canto falso de las sirenas.
Presagian y vaticinan, con números y cifras en las manos, la peor debacle electoral del PAN para 2009 y 2010 en tierras veracruzanas, peor todavía a la masacre sufrida en los comicios locales de septiembre pasado.
Fundamentan los negros augurios para su partido en que los escenarios políticos de 2009 y 2010, no son los mismos que los existentes en 2000 o 2003, cuando el panismo remontó y consolidó en Veracruz.
En 2006 por el efecto devastador de las promesas de Vicente Fox, y en 2003 por la incursión al PAN de personajes externos, que lograron que en ésta elección federal el partido azul obtuviera una votación histórica con diferencia de sólo 47 mil 975 votos del PRI, es decir menos del 2 por ciento del total de la votación.
Motivados por la ascendencia política del PAN en Veracruz, para la contienda del 2004 por la gubernatura y las 50 curules del Congreso local, los panistas se sentían en los cuernos de la luna.
Más inflados estaban por la ayuda que les daba el diputado federal, todavía priísta, Miguel Angel Yunes Linares, quien hacía su parte exhibiendo los actos de pillaje y corrupción de la familia alemanista en el gobierno estatal.
Críticas que, sumadas al gobierno peluche que había realizado el junior Miguelito Alemán Velasco y a la pésima reputación pública que tenía en ese entonces el candidato del PRI Fidel Herrera, casi suben a palacio de gobierno al cordobés Gerardo Buganza, un verdadero desconocido adorador del dios Baco, mejor conocido hoy como el trapecista.
La del 2004, ha sido la elección más difícil para los priístas y su Fidelidad por Veracruz, perdieron mayoría en el congreso, al empatar a 21 diputaciones con el PAN, incluidas las pluris, y por 21 mil votos menos pierden la gubernatura.
Para los grandes ideólogos del PAN, los resultados triunfalistas del 2004, en forma unipersonal se los acredita Yunes Linares, y la debacle del año pasado, se ufana en decir, se presentó porque hizo falta su activismo político en la entidad, que sólo concentró en hacer ganar a su hijo en Boca del Río.
Yunes, el alumno preferido de la maestra chiapaneca Elba Esther Gordillo, se considera el gran mecenas del panismo veracruzano.
Y en él tienen puestas todas sus esperanzas los nuevos redentores del partido gobernante que, en el 2012 podría decir adios a sus vacaciones de 12 años en la residencia oficial de Los Pinos.
El actual director del ISSSTE, tiene la encomienda de su amigo el presidente Calderón de organizar y preparar la gran batalla del 2009 en Veracruz, bajo la mampara de la complicidad y violentando la ley, por que es un funcionario público, pondrá en operación esas viejas prácticas mapacheras que usaba siendo dirigente del PRI estatal.
Su actuación será el parteaguas de su nominación al gobierno estatal un año después; de lo que logre su nuevo partido (PAN) en los comicios federales, dependerá su futuro político inmediato.
No la tiene nada fácil el político choleño; son otros tiempos, no son los mismos de hace 6 seis años, cuando Veracruz tenía como gobernador a un ignorante de los secretos de la política, que además tampoco era bombero ni le fosforeaban los meningües.
Esta vez Veracruz tiene como mandatario a un zorro de la política, que basa en el pueblo la fuerza y el poder de su gobierno.
En pan y circo, Fidel lleva distancia kilométrica a Yunes.
Fidel asiste a todas, lo mismo a bailes populares, bautizos, 15 años, graduaciones, bodas, que a misas, velorios y funerales; está donde hay fiestas sonrisas y alegría, pero también donde el dolor y la tragedia causan estragos en los veracruzanos.
Y ese camino recorrido no se lo empata nadie, muchos menos lo superan.
A Fidel, hay que reconocerlo, lo apoya su pueblo, habitado por hombres, mujeres y niños, que quizás se den por bien servidos ante el solo hecho de haber sentido o estrechado la mano amiga de su gobernador.
Niños y adolescentes veracruzanos vitorean a Fidel cuando en los pueblos ordena los paseen en su helicóptero.
En suma, obras, acciones y gestos de Fidel, que nunca hicieron otros gobernadores.
¿Quién va a tirarlo del caballo popular que monta?
Se ve en chino que la lengua de Yunes en televisión vaya hacerle daño ante la opinión pública.
Yunes está solo, reprimió al pueblo, el mismo al que hoy quiere pedirle el voto.
¿Con qué capital político aspira ganar la gubernatura?
Con los mil asistentes a su registro como militante del PAN, no se gana una elección.
¿O usted qué opina?

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