Bien dicen que más sabe el diablo por viejo, que por diablo.
Y cuánta razón tienen cuando aseguran que la candidatura de Miguel Angel Yunes Linares, al gobierno del estado, allá por el 2010, está prendida de alfileres.
Cuentan que los acontecimientos de los últimos días en los que se ha visto envuelto el director del ISSSTE, han hecho dudar al presidente Felipe Calderón en mandarlo o no a Veracruz como candidato del PAN.
Y no son para menos las dudas del mandatario y jefe político del Partido Acción Nacional.
Antes de invitarlo a la dirección del ISSSTE por recomendación de su madrina doña Elba Esther Gordillo, a don Felipe le habían contado la fama pública creada por Yunes, cuando fue gobernador en funciones en el periodo 1992-1998, de su estado natal..
Lo ubicaron como un político represor, visceral, atravesado y rencoroso, que cuando le entra el odio contra algún adversario, lo conserva toda la vida. Y si alguien lo duda, que le pregunten al gobernador de Veracruz.
Aseguran que el huésped de Los Pinos, se negó siempre en darle crédito a lo que se decía del ahijado de la lideresa vitalicia del SNTE, por lo que la relación laboral y de amistad entre Calderón y Yunes continuaba siendo miel sobre hojuelas.
Hasta que se le apareció el chamuco.
En su sesión del pasado 27 de mayo, magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, determinarían destituir y procesar por desacato al titular del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado.
Y todo por mostrarse renuente a no acatar la sentencia definitiva de un amparo federal, que sentenciaba al director del ISSSTE a pagar una pensión acumulada de 3 millones de pesos a la trabajadora jubilada María Lucrecia Velázquez.
Durante más de un año Yunes, en calidad de máxima autoridad del instituto, estuvo negándose al pago reclamado, recurriendo a las argucias legales que permiten las lagunas jurídicas de la Ley de Amparo.
Fue tal su soberbia ante un acto de justicia social que la queja llegó hasta el máximo tribunal judicial del país, bajo el incidente de enajenación número 72/2008.
De no ser apercibido que la SCJN ordenaría su dimisión del cargo federal que ostenta, es seguro que Yunes no habría cubierto el pago jubilatorio demandado por una extrabajadora.
Su obsesión por no cumplir con los ordenamientos legales, puede costarle a Miguel Angel, el sueño de ser candidato al gobierno de Veracruz.
Los íntimos de Buganza, a quién el propio Yunes encumbró y casi hace gobernador en la contienda de 2004, andan soltando que el turco de Soledad ha caído de la gracia del presidente Calderón.
Y por lo tanto anda en la cuerda, que hasta la chamba podría perder.
El propio Yunes Linares debe advertir que el camino hacia la investidura como abanderado del partido azul al gobierno estatal, es muy escabroso y tiene muchas pendientes peligrosas.
Por esas y muchas otras razones de peso no termina por decidirse en afiliarse al PAN, pese a que ya no está Manuel Espino en la dirigencia nacional, que le impedía su registro.
Antes de ser exhibido con el asunto de la pensión de la señora Velázquez, Yunes iba en caballo de hacienda rumbo al 2010, y la mesa puesta en la dirigencia estatal del PAN con Enrique Cambranis a la cabeza, era una muestra del apoyo ordenado desde la propia presidencia de la república.
Pero pudo más su arbitrariedad y prepotencia, que el reclamo de una mujer que entregó su vida al ISSSTE.
Desde este espacio vaticino que Miguel Angel Yunes Linares, en su desesperación por el retiro del afecto y la confianza del presidente, anda cavando su propia tumba.
Y un desacierto más es tener como operador político en Veracruz a Enrique Ampudia Mello, aquel siniestro personaje que como director de Gobernación en el sexenio de Patricio Chirinos y bajo las órdenes del secretario de gobierno, sembró el terror del espionaje en la clase política y empresarial del estado.
Hasta los reporteros críticos del régimen chirinista, fueron víctimas del acoso y perversidad del brazo ejecutor de Yunes.
Ampudia está de regreso en Veracruz, y es el encargado de hacer los trabajos sucios, esos que son su especialidad.
Por lo pronto, anda ofreciendo sueldos de hasta 30 mil pesos mensuales a diversos actores políticos para convencerlos que se sumen al proyecto de su patrón, haciendo la chamba de reestructurar y actualizar el padrón electoral y visitando a jefes de manzana y de cuartel.
Esa es la encomienda que trae Ampudia, parecida a la que tenía cuando Yunes entregó el estado al PAN en 1994, siendo dirigente del PRI.
Con Ampudia y José Luis Lagunes, sobre quien pesan las dudas sobre la fuga del Chapo Guzmán, Yunes ya ganó la gubernatura.
¿O usted qué opina?
Y cuánta razón tienen cuando aseguran que la candidatura de Miguel Angel Yunes Linares, al gobierno del estado, allá por el 2010, está prendida de alfileres.
Cuentan que los acontecimientos de los últimos días en los que se ha visto envuelto el director del ISSSTE, han hecho dudar al presidente Felipe Calderón en mandarlo o no a Veracruz como candidato del PAN.
Y no son para menos las dudas del mandatario y jefe político del Partido Acción Nacional.
Antes de invitarlo a la dirección del ISSSTE por recomendación de su madrina doña Elba Esther Gordillo, a don Felipe le habían contado la fama pública creada por Yunes, cuando fue gobernador en funciones en el periodo 1992-1998, de su estado natal..
Lo ubicaron como un político represor, visceral, atravesado y rencoroso, que cuando le entra el odio contra algún adversario, lo conserva toda la vida. Y si alguien lo duda, que le pregunten al gobernador de Veracruz.
Aseguran que el huésped de Los Pinos, se negó siempre en darle crédito a lo que se decía del ahijado de la lideresa vitalicia del SNTE, por lo que la relación laboral y de amistad entre Calderón y Yunes continuaba siendo miel sobre hojuelas.
Hasta que se le apareció el chamuco.
En su sesión del pasado 27 de mayo, magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, determinarían destituir y procesar por desacato al titular del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado.
Y todo por mostrarse renuente a no acatar la sentencia definitiva de un amparo federal, que sentenciaba al director del ISSSTE a pagar una pensión acumulada de 3 millones de pesos a la trabajadora jubilada María Lucrecia Velázquez.
Durante más de un año Yunes, en calidad de máxima autoridad del instituto, estuvo negándose al pago reclamado, recurriendo a las argucias legales que permiten las lagunas jurídicas de la Ley de Amparo.
Fue tal su soberbia ante un acto de justicia social que la queja llegó hasta el máximo tribunal judicial del país, bajo el incidente de enajenación número 72/2008.
De no ser apercibido que la SCJN ordenaría su dimisión del cargo federal que ostenta, es seguro que Yunes no habría cubierto el pago jubilatorio demandado por una extrabajadora.
Su obsesión por no cumplir con los ordenamientos legales, puede costarle a Miguel Angel, el sueño de ser candidato al gobierno de Veracruz.
Los íntimos de Buganza, a quién el propio Yunes encumbró y casi hace gobernador en la contienda de 2004, andan soltando que el turco de Soledad ha caído de la gracia del presidente Calderón.
Y por lo tanto anda en la cuerda, que hasta la chamba podría perder.
El propio Yunes Linares debe advertir que el camino hacia la investidura como abanderado del partido azul al gobierno estatal, es muy escabroso y tiene muchas pendientes peligrosas.
Por esas y muchas otras razones de peso no termina por decidirse en afiliarse al PAN, pese a que ya no está Manuel Espino en la dirigencia nacional, que le impedía su registro.
Antes de ser exhibido con el asunto de la pensión de la señora Velázquez, Yunes iba en caballo de hacienda rumbo al 2010, y la mesa puesta en la dirigencia estatal del PAN con Enrique Cambranis a la cabeza, era una muestra del apoyo ordenado desde la propia presidencia de la república.
Pero pudo más su arbitrariedad y prepotencia, que el reclamo de una mujer que entregó su vida al ISSSTE.
Desde este espacio vaticino que Miguel Angel Yunes Linares, en su desesperación por el retiro del afecto y la confianza del presidente, anda cavando su propia tumba.
Y un desacierto más es tener como operador político en Veracruz a Enrique Ampudia Mello, aquel siniestro personaje que como director de Gobernación en el sexenio de Patricio Chirinos y bajo las órdenes del secretario de gobierno, sembró el terror del espionaje en la clase política y empresarial del estado.
Hasta los reporteros críticos del régimen chirinista, fueron víctimas del acoso y perversidad del brazo ejecutor de Yunes.
Ampudia está de regreso en Veracruz, y es el encargado de hacer los trabajos sucios, esos que son su especialidad.
Por lo pronto, anda ofreciendo sueldos de hasta 30 mil pesos mensuales a diversos actores políticos para convencerlos que se sumen al proyecto de su patrón, haciendo la chamba de reestructurar y actualizar el padrón electoral y visitando a jefes de manzana y de cuartel.
Esa es la encomienda que trae Ampudia, parecida a la que tenía cuando Yunes entregó el estado al PAN en 1994, siendo dirigente del PRI.
Con Ampudia y José Luis Lagunes, sobre quien pesan las dudas sobre la fuga del Chapo Guzmán, Yunes ya ganó la gubernatura.
¿O usted qué opina?
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