FESTEJAN RUIDOSAMENTE EL CÁRTEL UNIVERSITARIO

Ojos ciegos y oídos sordos, en la Universidad Veracruzana.
Contra viento y marea, y pese a evidentes señalamientos de corrupción y tráfico de poder, Raúl Arias Lobillo, será reelecto una vez más en la rectoría de la máxima Casa de Estudios en el estado.
No hay poder político ni judicial que se imponga al capricho reeleccionista del exnovio de la diputada Dalia Pérez, considerado por todos como el esbirro de quien, desde el 1 de diciembre de 2004, despacha como Secretario de Educación en el gobierno Fidelista.
Hasta el gobernador Fidel Herrera, excusando respeto a la autonomía universitaria, muestra demencia ante el denunciado cochinero financiero que Arias Lobillo tiene en la UV.
Ni hablar.
Para desgracia de la UV, con Arias Lobillo, de nueva cuenta logra imponerse el cartel del kilómetro 7, de la carretera federal Xalapa-Veracruz
Al actual rector universitario, sigue protegiéndosele con todo el esplendor del manto de la complicidad y la impunidad.
Y por el voto violatoria de la autonomía de la UV, 9 señores de la Junta de Gobierno, que más bien debieran irse ya a cuidar de sus bisnietos, Arias logrará asegurar seguir mamando de la ubre hasta el 2013.
Por lo tanto, los integrantes de la corriente Lobista, han empezado la celebración adelantada del anuncio de reelección que habrá de darse el próximo lunes 27 de julio, con el que habrá de enterrarse una de las etapas más corruptas en la vida de la UV, y desde luego, habrá de abrirse una más, similar o peor, porque el protagonista principal seguirá siendo el mismo.
En el cartel del kilómetro 7, también todo es alegría a cuatro días que los nueve viejitos de la Junta de Gobierno, vitoreen otra vez el nombre de Raúl Arias.
Como pocos saben, el cartel de Las Lomas, es apéndice del ubicado sobre la carretera Xalapa-Veracruz, a ambos los mueven los mismos intereses.
Tanto que se intercambian pilotos de las fuerzas aéreas que sin trabajar se dan la gran vida con los impuestos de los veracruzanos. Los de Víctor Arredondo cobran en la UV de Lobillo, y los del rector, hacen lo propio en la nómina de la Secretaría de Educación de Veracruz.
Y…todos contentos.
Así han trascurrido cuatro años y medio de simulación laboral entre la SEV del gris Arredondo y la UV del seductor de los Chiles Xalapeños.
Cuentan que en el pasado, la SEV era refugio de por lo menos 5 mil aviadores, todos pertenecientes al Partido Revolucionario Institucional, y todos en su mayoría eran maestros de las secciones 32 y 56 del SNTE.
En el sexenio del gobernador Patricio Chirinos Calero, se destapó la cloaca por esos miles de sanguijuelas con trabajo de pilotos, armándose escándalos de grandes proporciones políticas…pero nada pasó, todo era parte del juego mediático entre los sectores del PRI y los gobiernos estatales en turno.
Hoy en la era Fidelista la historia parece repetirse; la mayoría de las dependencias estatales y municipales son refugio de amigas, amigos, novios, amantes y familiares de los hombres en el poder, quienes sin trabajar, cobran salarios no menores a 30 mil o 50 mil pesos mensuales.
Que los funcionarios de la Fidelidad tengan a sus “sobrinos” en las nóminas, o que las funcionarias hagan lo mismo con sus tortillas, no es nada nuevo en la estructura del gobierno de Veracruz, con eso de la liberación o igualdad de sexo.
Sin embargo, la UV y la SEV, representan el refugio mejor escondido.
Víctor Arredondo y Raúl Arias, así como compartieron el robo de 70 millones de pesos a la UV en el juicio mercantil 1013/203/IV ante la empresa Rodríguez Pasquel Sucesores, por la renta de mil computadoras, cuando habría salido más barato comprarlas, siguen siendo uña y carne, en operaciones fraudulentas.
Pero en lugar de sentarlos en el banquillo de los acusados señalados de quebrantar el patrimonio de la UV, son galardonados con los premios a la corrupción e ineptitud.
Muy difícil será romper ese amasiato de perversidad entre Arredondo y Lobillo, y en el que, a todas fuerzas, incluyen al gobernador Fidel Herrera.
Raúl Arias, no se cansa de gritarles a sus amigos que Fidel ha “comprado” su reelección a la Junta de Gobierno, y lo reta a que lo desmienta.
En cambio, el buen tío Fide, guarda silencio.
Es posible que sean valores entendidos, y que los intereses que haya de por medio, sean superiores que salvar a la UV de los carteles.
¿O usted qué opina?