Agoniza el Partido Acción Nacional.
No se observan visos de un mejor futuro político para el instituto fundado el 15 de septiembre de 1939 por Manuel Gómez Morin.
A pesar de haber sido masacrado en la jornada electoral del pasado 5 de julio a lo largo y ancho de la geografía nacional, en el PAN persisten los mismos vicios que han ido cavando su tumba los últimos tres años.
Y el presidente Felipe Calderón, se ha designado como el gran sepulturero, el que habrá de golpear el último clavo al ataúd del partido blanquiazul en México.
Prominentes senadores y diputados federales de Acción Nacional ven en el presidente Calderón, al honorable panista que pasará a la historia como el político que regresará al PRI la primera magistratura del país.
A pesar que, según su dicho en una reunión con priístas, “pediría a Dios que la presidencia de la república jamás volviera a manos del Partido Revolucionario Institucional.
Pero por sus hechos, tal pareciera que el propio Calderón se encarga de pavimentar el camino por donde habrá de cabalgar el jinete triunfador del tricolor rumbo a palacio nacional y a la residencia oficial de Los Pinos.
Lejos de resucitar a su partido, al político michoacano se le observa más activo en terminar de hundirlo.
La imposición de su ex secretario particular César Nava en la dirigencia nacional del PAN, no son noticias alentadoras de resurrección para el PAN, al contrario, anuncian la llamada final al cortejo fúnebre.
César Nava, jovencito inmaduro, que como político todavía se encuentra en pañales, vendrá a darle el tiro de gracia a la obra iniciada por el exidirigente Germán Martínez Cásares.
Calderón confió en Germán la entrega de buenas cuentas, pero todos los reportes de su paisano fueron derrotas y descalabros. De las más de 10 elecciones para gobernadores, diputados locales y alcaldes que residió, en todas le tocó besar el fracaso al picapleitos líder del CEN del PAN.
Para el proceso electoral del 5 de julio, prometió a don Felipe ganar para su partido mayoría en el Congreso federal; pero volvió a fallarle.
Cansado de promesas y vergüenzas electorales, el presidente decidió cortarle la cabeza a su amigo Germán Martínez, al frente del liderazgo nacional blanquiazul.
Senadores y diputados del PAN opositores al fracasado y destituido dirigente, aplaudieron la determinación del primer panista del país Felipe Calderón.
Pero poco les tardó el gusto.
El comandante en jefe de Acción Nacional, vuelve a tropezar con la misma piedra al enviar a otro paisano suyo a la presidencia de su partido, lo que, de nueva cuenta ha provocado una revuelta en las principales figuras del panismo, quienes consideran a Cesar Nava el candidato oficial, además de ser otra imposición del presidente Calderón, que será electo en una contienda viciada y amañada de origen.
¿Qué futuro halagador promete Calderón al PAN persistiendo en dividirlo y confrontándose con sus principales actores?
En verdad, no veo ninguno.
Sólo pasará a los umbrales de la historia de este país como el enterrador de su partido Acción Nacional, del que su padre fuera digno militante.
O al menos que los senadores Santiago Creel Miranda, Javier Corral, Humberto Aguilar, Ricardo García Cervantes y una significativa cantidad de diputados federales, saquen valentía y coraje, y se avienten al ruedo contra la figura presidencial en defensa del partido que les ha dado todo, dinero, poder y un sinnúmero de aventuras amorosas.
Y si tienen el producto de gallina suficiente para buscar rescatar al PAN de la imposición, seguro que otros aires podrían azotar al blanquiazul.
Porque, sin lugar a dudas, con otro pendenciero como César Nava al frente del CEN, el porvenir del PAN se vislumbra desastroso.
No se observan visos de un mejor futuro político para el instituto fundado el 15 de septiembre de 1939 por Manuel Gómez Morin.
A pesar de haber sido masacrado en la jornada electoral del pasado 5 de julio a lo largo y ancho de la geografía nacional, en el PAN persisten los mismos vicios que han ido cavando su tumba los últimos tres años.
Y el presidente Felipe Calderón, se ha designado como el gran sepulturero, el que habrá de golpear el último clavo al ataúd del partido blanquiazul en México.
Prominentes senadores y diputados federales de Acción Nacional ven en el presidente Calderón, al honorable panista que pasará a la historia como el político que regresará al PRI la primera magistratura del país.
A pesar que, según su dicho en una reunión con priístas, “pediría a Dios que la presidencia de la república jamás volviera a manos del Partido Revolucionario Institucional.
Pero por sus hechos, tal pareciera que el propio Calderón se encarga de pavimentar el camino por donde habrá de cabalgar el jinete triunfador del tricolor rumbo a palacio nacional y a la residencia oficial de Los Pinos.
Lejos de resucitar a su partido, al político michoacano se le observa más activo en terminar de hundirlo.
La imposición de su ex secretario particular César Nava en la dirigencia nacional del PAN, no son noticias alentadoras de resurrección para el PAN, al contrario, anuncian la llamada final al cortejo fúnebre.
César Nava, jovencito inmaduro, que como político todavía se encuentra en pañales, vendrá a darle el tiro de gracia a la obra iniciada por el exidirigente Germán Martínez Cásares.
Calderón confió en Germán la entrega de buenas cuentas, pero todos los reportes de su paisano fueron derrotas y descalabros. De las más de 10 elecciones para gobernadores, diputados locales y alcaldes que residió, en todas le tocó besar el fracaso al picapleitos líder del CEN del PAN.
Para el proceso electoral del 5 de julio, prometió a don Felipe ganar para su partido mayoría en el Congreso federal; pero volvió a fallarle.
Cansado de promesas y vergüenzas electorales, el presidente decidió cortarle la cabeza a su amigo Germán Martínez, al frente del liderazgo nacional blanquiazul.
Senadores y diputados del PAN opositores al fracasado y destituido dirigente, aplaudieron la determinación del primer panista del país Felipe Calderón.
Pero poco les tardó el gusto.
El comandante en jefe de Acción Nacional, vuelve a tropezar con la misma piedra al enviar a otro paisano suyo a la presidencia de su partido, lo que, de nueva cuenta ha provocado una revuelta en las principales figuras del panismo, quienes consideran a Cesar Nava el candidato oficial, además de ser otra imposición del presidente Calderón, que será electo en una contienda viciada y amañada de origen.
¿Qué futuro halagador promete Calderón al PAN persistiendo en dividirlo y confrontándose con sus principales actores?
En verdad, no veo ninguno.
Sólo pasará a los umbrales de la historia de este país como el enterrador de su partido Acción Nacional, del que su padre fuera digno militante.
O al menos que los senadores Santiago Creel Miranda, Javier Corral, Humberto Aguilar, Ricardo García Cervantes y una significativa cantidad de diputados federales, saquen valentía y coraje, y se avienten al ruedo contra la figura presidencial en defensa del partido que les ha dado todo, dinero, poder y un sinnúmero de aventuras amorosas.
Y si tienen el producto de gallina suficiente para buscar rescatar al PAN de la imposición, seguro que otros aires podrían azotar al blanquiazul.
Porque, sin lugar a dudas, con otro pendenciero como César Nava al frente del CEN, el porvenir del PAN se vislumbra desastroso.
¿O usted qué opina?
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