Xalapa se ha convertido en cuna de revisteros.
Vaya desgracia.
Como si la capital del estado no tuviera suficiente con los mercenarios del periodismo, vendidos al mejor postor, que por unas cuantas monedas son capaces de tirarse a la alfombra y lamerle los pies a todo aquel que ofrezca mejor soborno.
De esos farsantes comunicadores, que un día están con dios y al siguiente al diablo rinden pleitesía, sobran ya en nuestra querida ciudad jalapeña.
“Periódicos que no se venden”, que ni aún regalándolos en las calles, oficinas o casas particulares son atractivo de lectura para los ciudadanos, está invadida la ciudad sede de los poderes estatales.
Lo grave del asunto, es que dichos ejemplares que “no se venden”, única y exclusivamente viven al servicio de connotados funcionarios y ex colaboradores del régimen de la Fidelidad, mismos que en época electoral aparecían en las páginas centrales de cada edición.
Razón suficiente para sospechar que no es descabellado imaginar que esos halagos publicitarios desmedidos, sean pagados con los propios recursos del estado.
Y por lo que se observa, hacerle al “revistero” deja muy buenas y jugosas ganancias en Veracruz.
Incluso, algunos connotados editores veracruzanos, premios nacionales de periodismo, poseedores hoy de inmensas e incalculables fortunas y dueños de mansiones obsequiadas por el poder político en turno, se ufanan en vociferar que el principal precursor de medios fantasmas de comunicación es el propio gobierno Fidelista.
Y ponen como ejemplo al gobernador Fidel Herrera, de quien comentan, “desde que llegó a palacio de gobierno venía insistiéndonos en que abriéramos uno o dos portales en Internet, asegurándonos que nos iba ir muy bien, que ganaríamos toda la plata, que él se encargaría que hiciéramos fortuna”.
Verdad o mentira, los haya ayudado o no el tío Fide, no es de caballeros andarlo divulgando entre sus íntimos del grupo reporteril.
Lo cierto de todo es que eso de andarle haciendo al revistero sacando pasquines que terminan en los cestos de basura, se han convertido en jugosos negocios para propios y extraños.
Por eso es que de la noche a la mañana, en la ciudad de Xalapa, vayan apareciendo decenas de revistas “políticas y policíacas”, propiedad de plumiferos y también de connotados empresarios y demás integrantes de la iniciativa privada quienes, sin pena alguna, ya también se dicen “periodistas”.
Lo extraño del caso, es que la gran mayoría de esas publicaciones fantasmas, vieron la luz días antes que arrancaran las campañas proselitistas de los candidatos a diputados federales.
Por lo que dejan la evidencia que detrás de dichas ediciones, se encuentran los propios políticos o las dirigencias estatales de los partidos, mismos que estarían auto-facturándose, y que los presuntos dueños sólo sirven como prestanombres.
Si por curiosidad echamos un vistazo a esas “revistas mensuales”, constatamos que periodísticamente están llena de basura; no contienen ningún tipo de lectura digna para los 30 mil o 50 mil pesos que reciben.
O al menos que desde la oficina principal de Comunicación Social del gobierno Fidelista estén haciendo los grandes negocios dizque publicitarios, en los que para justificar la salida de recursos oficiales, esté usándose a los revisteros para que sirvan como escudo de facturación.
No debe olvidarse el pasado reciente ocurrido en el sexenio del ratón Miguelito, donde sinnúmero de plumíferos se convirtieron millonarios gracias a los servicios de simulación que prestaron a la oficina de prensa del gobierno alemanista, los cuales terminaron llevando a prisión al encargado Sabás Huesca, por presuntos actos de peculado y abuso de autoridad.
El cuino que hoy despacha en Prensa estatal, no canta mal las rancheras, su principal arma es la simulación de funcionario transparente.
¿O usted qué opina?
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