BUENOS DIAS VERACRUZ
Por: David Varona Fuentes
9 de agosto de 2010
Al gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, no lo apesadumbra el final de su gobierno.
Se le observa tranquilo, seguro, paciente y optimista de su futuro.
Ante la pérdida del poder, a otros gobernantes se les vio sumirse en el desconsuelo y refugiarse en la soledad, esa que al final de un mandato ataca sin piedad al político que durante seis años ostentó el estandarte de la omnipotencia.
La historia muestra a muchos políticos poderosos que ante la proximidad del final, la extinción de la gloria, terminaron incontrolables, y vencidos por el llanto y la tristeza, se retiraron del servicio público.
Nunca entendieron que el poder político es pasajero, que sólo es prestado para servir a un país, un estado, un municipio, una comunidad.
Fidel Herrera, cuatro veces diputado federal, senador de la república y gobernador, en suma, conocedor de los recovecos de la política de este país, es de los pocos que saben que para todo gobernante hay un principio y un fin.
Y pese a que Veracruz tiene ya gobernador electo en la persona del priísta Javier Duarte, el tío Fide dice continuar trabajando por su estado con todo el entusiasmo, como si fuera el primer día de su administración.
En México reglas o códigos políticos no escritos señalan que cuando un nuevo gobernante es electo por el voto ciudadano mayoritario, éste asume el mando absoluto del poder, y el antecesor pasa a segundo término, se dedica a programar la entrega recepción de su mandato.
A mi amigo Fidel Herrera, lejos de verlo sucumbir por la nostalgia del poder que se le va de las manos, luce entero, metido en lo suyo que es llevar progreso en cada rincón de la geografía veracruzana.
Ni huracanes, guerras sucias de sus adversarios políticos, ni la cercanía del final de su sexenio, doblegan al gobernador Herrera.
Este lunes en palacio de gobierno confirmó que seguirá inaugurando obras; que para él no habrá entrega recepción de su administración, hasta que el Tribual Electoral del Poder Judicial de la Federación resuelva la impugnación interpuesta a la elección de gobernador, y confirme y ratifique el triunfo inobjetable de Javier Duarte el 4 de Julio.
Fidel justifica que muchas veces toda la tramitología de una entrega-recepción, sólo paraliza la actividad gubernamental del régimen que termina.
En un anticipado recuento de hechos, el gobernador de Veracruz dice sentirse satisfecho, contento, gratificado y orgulloso de haberle servido a los veracruzanos; de haber recibido la respuesta contundente de un pueblo que sabe organizarse y sabe dar resultados.
Que hoy, en las postrimerías de su gobierno, Veracruz no sea el mismo de hace seis años, es motivo de alegría para Fidel.
Afirma el gobernador Herrera Beltrán que gracias a las acciones planteadas en el Plan Veracruzano de Desarrollo 2004-2010, se logró abatir viejos rezagos sociales; y que con mecanismos financieros como la Bursatilización, pagaron deudas heredadas del alemanismo, además de contar con recursos económicos para atender otros importantes rubros.
Fidel confesó este lunes ante medios de información, sentirse muy contento; asegura que las evaluaciones a su gobierno son muy correctas; comenta que muchos- sus adversarios políticos- quisieran que ya se fuera de Veracruz; que se vaya a donde lo han invitado, pero que él les contesta que su contrato social y político con Veracruz, termina el 30 de noviembre, no antes.
Como puede analizarse, Fidel no sufre el síndrome político del tehuacán sin gas, narrado en el libro “si el águila hablara” escrito por el periodista Salvador Narcia para el ratón Miguelito.
El político de Nopaltepec tiene cuerda para rato.
Fidel, sabe lo que viene para él después del 30 de noviembre.
Representar un activo importante en Veracruz para el priísmo nacional, lo colocan, para empezar, en la antesala de la dirigencia nacional de su partido en marzo del próximo año.
Y de lo que suceda en 2011 en el estado de México, dependerá treparse a los cuernos de la luna en 2012.
¿O usted qué opina?
Por: David Varona Fuentes
9 de agosto de 2010
Al gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, no lo apesadumbra el final de su gobierno.
Se le observa tranquilo, seguro, paciente y optimista de su futuro.
Ante la pérdida del poder, a otros gobernantes se les vio sumirse en el desconsuelo y refugiarse en la soledad, esa que al final de un mandato ataca sin piedad al político que durante seis años ostentó el estandarte de la omnipotencia.
La historia muestra a muchos políticos poderosos que ante la proximidad del final, la extinción de la gloria, terminaron incontrolables, y vencidos por el llanto y la tristeza, se retiraron del servicio público.
Nunca entendieron que el poder político es pasajero, que sólo es prestado para servir a un país, un estado, un municipio, una comunidad.
Fidel Herrera, cuatro veces diputado federal, senador de la república y gobernador, en suma, conocedor de los recovecos de la política de este país, es de los pocos que saben que para todo gobernante hay un principio y un fin.
Y pese a que Veracruz tiene ya gobernador electo en la persona del priísta Javier Duarte, el tío Fide dice continuar trabajando por su estado con todo el entusiasmo, como si fuera el primer día de su administración.
En México reglas o códigos políticos no escritos señalan que cuando un nuevo gobernante es electo por el voto ciudadano mayoritario, éste asume el mando absoluto del poder, y el antecesor pasa a segundo término, se dedica a programar la entrega recepción de su mandato.
A mi amigo Fidel Herrera, lejos de verlo sucumbir por la nostalgia del poder que se le va de las manos, luce entero, metido en lo suyo que es llevar progreso en cada rincón de la geografía veracruzana.
Ni huracanes, guerras sucias de sus adversarios políticos, ni la cercanía del final de su sexenio, doblegan al gobernador Herrera.
Este lunes en palacio de gobierno confirmó que seguirá inaugurando obras; que para él no habrá entrega recepción de su administración, hasta que el Tribual Electoral del Poder Judicial de la Federación resuelva la impugnación interpuesta a la elección de gobernador, y confirme y ratifique el triunfo inobjetable de Javier Duarte el 4 de Julio.
Fidel justifica que muchas veces toda la tramitología de una entrega-recepción, sólo paraliza la actividad gubernamental del régimen que termina.
En un anticipado recuento de hechos, el gobernador de Veracruz dice sentirse satisfecho, contento, gratificado y orgulloso de haberle servido a los veracruzanos; de haber recibido la respuesta contundente de un pueblo que sabe organizarse y sabe dar resultados.
Que hoy, en las postrimerías de su gobierno, Veracruz no sea el mismo de hace seis años, es motivo de alegría para Fidel.
Afirma el gobernador Herrera Beltrán que gracias a las acciones planteadas en el Plan Veracruzano de Desarrollo 2004-2010, se logró abatir viejos rezagos sociales; y que con mecanismos financieros como la Bursatilización, pagaron deudas heredadas del alemanismo, además de contar con recursos económicos para atender otros importantes rubros.
Fidel confesó este lunes ante medios de información, sentirse muy contento; asegura que las evaluaciones a su gobierno son muy correctas; comenta que muchos- sus adversarios políticos- quisieran que ya se fuera de Veracruz; que se vaya a donde lo han invitado, pero que él les contesta que su contrato social y político con Veracruz, termina el 30 de noviembre, no antes.
Como puede analizarse, Fidel no sufre el síndrome político del tehuacán sin gas, narrado en el libro “si el águila hablara” escrito por el periodista Salvador Narcia para el ratón Miguelito.
El político de Nopaltepec tiene cuerda para rato.
Fidel, sabe lo que viene para él después del 30 de noviembre.
Representar un activo importante en Veracruz para el priísmo nacional, lo colocan, para empezar, en la antesala de la dirigencia nacional de su partido en marzo del próximo año.
Y de lo que suceda en 2011 en el estado de México, dependerá treparse a los cuernos de la luna en 2012.
¿O usted qué opina?
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