LOS GRANDES SIMULADORES

BUENOS DIAS VERACRUZ

Por: David Varona Fuentes
1 de Agosto de 2010

Inició este domingo Programa de Verificación Vehicular de todas las unidades del Transporte Público que prestan servicio de pasajeros en la entidad veracruzana.
Otra vez a llenarse las alforjas en Tránsito del Estado.
“La última y nos vamos”, dicen la runfla de ratas y sinvergüenzas que opera en esa dependencia estatal, en alusión al término del gobierno Fidelista el próximo 30 de noviembre.
Y no es para menos.
En la Dirección de Tránsito y Transporte de Veracruz se han enriquecido propios y extraños en los últimos 12 años; ha representado la minita de oro para alemanistas del sexenio anterior, y hoy para falsos y traidores Fidelistas.
Desde Tomás Mundo Arriasa y su banda, protegidos por el capitán de meseros Alejandro Montano Guzmán, en el gobierno anterior, hasta Julio César Cerecedo, actual subdirector y principal operador de los hilos de la corrupción y del manto protector de la complicidad y la impunidad en esa dependencia estatal.
Las revistas vehiculares cada seis meses, la entrega criminal de nuevas concesiones de transporte en la modalidad de taxis y ahora la famosa verificación, han encumbrado a conocidos funcionarios públicos, tanto del pasado como de la actual administración.
Dicen transportistas y dueños de taxis que la verificación vehicular que arrancara este 1 de agosto, considerada la última del régimen Fidelista, es una acción oficial sacada de la chistera que sólo provocará más corrupción, y que continuará llenando los bolsillos de las actuales autoridades de Tránsito y Transporte del estado.
Más bien es otra gran simulación del principal cabecilla que maneja a sus mejores intereses personales la Dirección de Tránsito y Transporte: Julio César Cerecedo, quien a pesar de contar con innumerables denuncias por tráfico de influencias y abuso del poder público para beneficiar con concesiones de taxis a familiares, amigos, periodiqueros y pseudo editores, continúa siendo el todopoderoso en la dependencia vial.
Se argumenta otra vez que el objetivo principal de la nueva presunta verificación es constatar que todas las unidades que tienen la concesión del servicio público de pasajeros en Veracruz, cumplan con las normas que regulan la contaminación ambiental, y que siempre ha resultado rotundo fracaso al imponerse la corrupción entre los encargados de la famosa revisión, quienes por un “billetito” se hacen de la vista gorda y entregan la liberación sin que taxis y autobuses cumplan con lo establecido en la ley ambiental.
De acuerdo al programa verificativo de fin de sexenio, suman alrededor de 60 mil las unidades del transporte de pasajeros a lo largo y ancho del territorio estatal, que incluyen todos los taxis y camiones y microbuses del servicio urbano, suburbano y rural.
Y hasta donde ha trascendido el costo de la verificación será de 200 para taxis y de 500 para el pulpo camionero.
¡¡Uffff y recontra ufff!!
Un billetote enorme que no cae nada mal como regalo sexenal para los pillos de Tránsito del estado y demás cómplices que estén detrás del negocio, porque no debe olvidarse que esta Dirección depende de la Secretaría de Gobierno, cuyo titular Reynaldo Escobar es de los principales funcionarios de la Fidelidad que han amasado insultante riqueza en cuestión de años. Y que desde luego, la fortuna del conocido Reynaco, no es producto de la buena suerte, de herencia familiar recibida, o de su chamba de ayudante de coyote como abogado.
Entonces, sólo es cuestión de echar a volar la imaginación. Si el próspero don Gaudencio está detrás de la verificación vehicular de fin de sexenio, no sería aventurado saber dónde iría a parar esos millones de pesos que se recaudará en los días meses por venir.
Y una vez terminado dicho programa, como siempre sucede, las chatarras de autobuses del pulpo camionero seguirán en las calles del estado provocando enormes nubes de humo negro de contaminación, gracias a que las revisiones son sólo simulaciones o simulacros para engañar al pueblo veracruzano.
Y desde luego, negocio para unos cuantos.
Pero bueno, “es la última y se van”
¿O usted qué opina?