DÍAS DE INFIERNO PARA FIDEL

BUENOS DíAS VERACRUZ

Por: David Varona Fuentes

1 de noviembre de 2010

Ni aún con el ratificado triunfo de Javier Duarte, terminan los días de infierno para Fidel Herrera.
Pareciera que los demonios del edén siguen acosando al gobernador de Veracruz, y son los encargados de mecerle la cuna donde dormían todos y cada uno de los grandes pendientes que viene arrastrando el gobierno Fidelista en materia financiera.
Claro, ningún problema que surja al tío Fide en las postrimerías de su mandato es comparable con que el resultado del TRIFE hubiese sido adverso, tal como deseaban muchos de sus “amigos” políticos y periodiqueros, a los que hoy, como hace seis años, ya se les ve revolcarse en el piso para servirle de alfombras al doctor Duarte.
Que Javier Duarte sea el sucesor, es garantía para Fidel de tener asegurado paz, tranquilidad y dulces sueños después del 1 de diciembre, tiempo que habrá de destinar para poder pensar, reflexionar y decidir sobre su inminente futuro político.
La visita que a invitación de Fidel hicieron a Veracruz Beatriz Paredes, dirigente nacional del PRI y Manlio Fabio Beltrones, presidente del Senado de la República, con motivo del décimo aniversario luctuoso de don Fernando Gutiérrez Barrios, sigue dejando constancia de la capacidad política de Herrera Beltrán para lograr consensos y hacer amarres con miras a la renovación del CEN priísta en marzo de 2011 y la sucesión presidencial de 2012.
Lo mismo que la semana pasada con el gobernador de Coahuila Humberto Moreira, Fidel Herrera tuvo su encerrona este sábado con el senador sonorense; durante 40 minutos se les vio hablar y manotear en el interior de la camioneta roja Suburban blindada de Fidel. Y el diálogo entre ambos no pudo haber sido otro que los eventos del tricolor para 2011, el cambio de estafeta en el PRI, las elecciones en el estado de México, y la candidatura del 2012.
Durante su estancia en tierras veracruzanas, la ganerala Paredes Rangel de plano se descartó como aspirante de su partido para el 2012; mientras que Manlio Fabio, ahora más reservado que otras veces, dijo sí pretender ser el candidato del PRI al gobierno de la república, pero afirma que primero esperará el relevo en la dirigencia nacional de su instituto político.
Por los eventos de las últimas dos semanas en Veracruz con personajes ligados en forma directa y obligada al futuro del Partido Revolucionario Institucional, como Moreira y Beltrones, es muestra que el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, se encuentra tejiendo muy fino su siguiente parada política.
Y además, haber dejado en el camino al peor de sus detractores políticos que después de la derrota electoral sigue blasfemando, son motivos suficientes para que Fidel, a unos días de entregar su Sexto y último Informe de Gobierno, se mostrara tranquilo, relajado y optimista.
Sin embargo, los problemas lo persiguen donde quiera que se para, como si una mente perversa se los mandara.
Las manifestaciones, plantones y reclamos públicos de todos los días en esta ciudad capital Xalapa, no dejan de ser motivo de molestia, irritación, y dolor de cabeza para el gobernador de Veracruz; son como la piedra en el zapato en el último mes de mandato.
Y lo evidente es que el origen de todas las exigencias ciudadanas, tienen que ver con dinero que presumen los quejosos, no les han pagado.
Argumentan los que salen a las calles y terminan apostándose enfrente de las dependencias estatales, que las autoridades del gobierno de Veracruz les adeudan esto, aquello, y lo otro, desde hace ya varios meses atrás.
Señalamientos que resultan contradictorios con los anuncios oficiales de que “no se le debe nada a nadie; que Veracruz tiene finanzas sanas, y que no se heredarán deudas al futuro gobernador Javier Duarte Ochoa”.
Y tan goza de excelente salud financiera el gobierno de Fidel Herrera, que el sucesor Duarte ha dicho que no habrá necesidad de auditar la administración de su maestro, ya que conoce a la perfección el estado que guarda por haber sido, primero subsecretario y después secretario de Finanzas.
La pregunta es obligada…
¿Si unos reclaman les paguen, y al que acusan de no pagarles afirma que no le deben a nadie un solo peso, entonces quién miente?
¿A quién debe creerle la ciudadanía?
¿O usted qué opina?