EL INFIERNO FIDELISTA

BUENOS DÍAS VERACRUZ

Por: David Varona Fuentes

18 de noviembre de 2010

Veracruz vive una descomposición social de magnitudes inimaginables.
Nunca como hoy la entidad es presa de protestas, manifestaciones, conatos de violencia y agresividad, demandando cumplimientos de promesas pendientes.
El blanco son los gobernantes que terminan funciones, tanto en el gobierno del estado como en los municipios.
En otros tiempos, la romería en pueblos, comunidades, ejidos y colonias, eran motivos de tristeza, lágrimas y nostalgia por los gobernante que se van, a quienes idolatraban por su buena obra se realizada, pensando que no llegarían mejores sucesores, otros que hiciera más.
Lo que se observa en la Plaza Lerdo, en calles y avenidas de la ciudad capital, así como en municipios importantes del estado, hacía muchos años que no eran parte de los escenarios de despido, en especial para gobernador.
Pareciera que todos hubiesen acordado salir a protestar en los últimos días del gobierno de la Fidelidad.
Está más que claro que Veracruz se encuentra convulsionado.
Ante la proximidad del fin del sexenio Fidelista, todos sacan facturas y exigen al gobierno del estado, cumpla con pagarles.
La misma problemática enfrentan decenas de ayuntamientos gobernados por militantes del Partido Revolucionario Institucional, en los cuales no tienen dinero para las nóminas municipales, y en respuesta empleados como policías y del servicio de limpia pública, han realizado paros de labores.
Y como siempre sucede, el afectado es el pueblo en general que paga los platos rotos.
De las protestas y manifestaciones en Xalapa que desquician el tráfico vehicular y hacen imposible las actividades de los capitalinos, imposible señalar héroes y culpables.
Por un lado los sedicentes líderes o representantes de colonias, afirman que sus movimientos, aún cuando violentan la legalidad, son por causas justas porque las autoridades, estatales o municipales, por años los estuvieron agarrando de pendejos en sus peticiones.
Y por el otro, los denunciados señalan que ya no hay dinero, que cuando tuvieron a todos los líderes que hoy protestan les mojaron las manos.
En cuanto a los otros cobradores miembros del sector privado, esos que tras bambalinas exigen al gobierno de Fidel les pague antes del 30 de noviembre, el propio gobernador les contesta que no les debe nada, absolutamente nada, que sólo son intereses sobre intereses los que demandan les liquiden.
El secretario de Finanzas Salvador Sánchez, aceptó en su comparecencia ante Legisladores con motivo de la glosa del sexto informe del gobernador Herrera, que en efecto deben más de 9 mil millones pesos, y con firmeza asegura que a todos se les pagará antes que termine el mandato de Herrera Beltrán, y no se duda, el titular de los recursos del estado es hombre de palabra.
Sin embargo, las broncas que surgen todos los días son de carácter social, producto de promesas que dicen, no fueron cumplidas.
Pareciera que alguien desde el mismo poder en palacio de gobierno mueve los hilos para hacer imposible los últimos días de su mandato al gobernador Fidel Herrera.
El hecho que los manifestantes se las ingenien para seguir a Fidel a dónde quiera que se para en Xalapa y exigirle cumplimiento a sus promesas, es tarea de mentes perversas, enfermas y dolidas o decepcionadas porque nada se les ofrece en el gobierno entrante.
Hasta el propio tío Fide se extraña cuando de pronto los ve a su alrededor, y no quedándole otra alternativa ha tenido que salir por piernas.
Estoy seguro que mi amigo Fidel tampoco apostó a terminar su gobierno recurriendo al escape de los problemas o pendientes no resueltos.
Aunque a estas alturas todo es posible.
Si al principio de su gestión a todos enfrentaba y calmaba con promesas de saliva, ahora cómo hacerlo si ya se va.
Quienes saben y conocen de dónde sale la orden para perseguir a Fidel, aseguran que los últimos días de Fidel como gobernador, serán el infierno.
Otros se preguntan:
¿Si ese es el final cómo serán los primeros días sin la investidura, sin el fuero de gobernador?
¿O usted qué opina?

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