BUENOS DÍAS VERACRUZ
Por: David Varona Fuentes
18 de noviembre de 2010
Fracasó Salvador Mikel como Procurador de Justicia de Veracruz.
El propio Mikel reconoce que es muy alto el desprestigio público que enfrenta la Procuraduría de Justicia del Estado.
Y ya ni llorar es bueno, sólo quedará como testimonio que Salvador Mikel Rivera fue uno de los peores e ineptos procuradores de justicia que han pasado por la Fiscalía estatal.
Tanto que abrazó Mikel llegar a la Procuraduría desde el inicio de gobierno Fidelista, que cuando lo logró, tres años después, no supo qué hacer con el cargo.
Y peor si fue rodeado por colaboradores nefastos y protectores de las bandas de criminales que operan en la entidad.
Al ex chirinista Mikel le quedó grande el puesto, tanto que prefirió dejar la operatividad de la Fiscalía en manos de pillos que, en el área financiera enriquecieron a más no poder, y en la procuración de justicia vendieron la ley al mejor postor y se confabularon con las bandas del crimen organizado.
Si de algo adoleció el régimen estatal que concluye, fue precisamente en materia de seguridad pública, de investigación y resolución de los delitos con la captura de los infractores de la legalidad, lo que evidencia que en este renglón, Veracruz se encuentra en pañales.
Y si el estado se encuentra reprobado en procuración de justicia no es porque no se cuente con Agentes del Ministerio Público, comandantes o policías ministeriales capaces, sino que el problema estriba en el fango corruptivo que invade a la institución.
En su comparecencia ante diputados locales este martes como glosa del sexto informe del gobernador Fidel Herrera, Mikel expuso la existencia de una procuraduría maravillosa, digitalizada, conectada con el mundo de la tecnología de punta.
No es para menos la demencia del procurador de justicia.
Para ir en el mismo carro Fidelista, ante legisladores de la Comisión de Procuración de Justicia encabezada por el panista Fernando Yunes Márquez, el fiscal del estado habló de un mundo irreal en materia de procuración de justicia.
Aún cuando Salvador Mikel quiso festinar con bombo y platillo algunos logros alcanzados en persecución de delitos, éstos sólo reflejan la mediocridad de su actuación.
Festina Mikel haber conectado a la Procuraduría General de Justicia de Veracruz con el mundo digital, como si la captura de delincuentes peligrosos o criminales de horca y cuchillo se realizara mediante el internet.
Pero el procurador omitió hablar que todo esa digitalización de los sistemas operativos están inservibles, tronaron a escaso meses de haber sido puestos en funcionamiento, para lo cual urge una exhaustiva investigación.
Son muchos los Ministerios Públicos, secretarios y secretarias, que aseguran que detrás de la millonaria inversión realizada por la PGJ hizo en la modernización de sus instalaciones y compra de equipos de cómputos, existe un verdadero fraude maquinado por el director de administración Manuel de León Maza, considerado todo un pillo dentro de la PGJ que ha logrado amasar incalculable fortuna en poco tiempo, gracias al manto de la complicidad.
La actuación de Mikel Rivera al frente de la Procuraduría General de Justicia de Veracruz fue con más penas que glorias, razón por la cual deja a la institución hundida en el descrédito social, en la corrupción y al servicio de criminales y poderosos.
Mikel vio toda la podredumbre en la procuraduría y se hizo el ciego, se ignora si fue a título personal o se lo ordenaron. Pero de que subalternos suyos como algunos subprocuradores regionales o recomendados agentes del Ministerio Público, se despacharon con la cuchara grande vendiendo órdenes de aprehensión o protegiendo a los grupos criminales, ni quien lo ponga en tela de duda.
Como consolación a su incapacidad para combatir la corrupción, el procurador Mikel dijo a diputados que la delincuencia corrompió a los cuerpos policiacos de Veracruz.
Qué fiscal tan chistoso, al hablar del maridaje policías-criminales, cree haber descubierto el hilo negro, cuando él llegó a la PGJ las bandas ya estaban operando desde adentro, y sin embargo le temblaron las manos y las piernas para meter orden y depurarla.
Sin lugar a dudas, es aterradora la herencia que Mikel Rivera deja en la PGJ; las 30 mil averiguaciones previas pendientes de ejecutar hablan por si sola de la ineptitud y torpeza del actual procurador, pero principalmente del manto de impunidad para proteger a los cabecillas de los grupos delictivos.
Los diputados que durante su comparecencia cuestionaron la actuación de Mikel, se quedaron cortos con la lista de sonados crímenes sin esclarecer.
La cloaca en la PGJ es de mayores dimensiones, tanto en lo financiero como en procuración de justicia.
Y todavía quieren imponer como sucesor a otra rata coluda, a la que por cierto Mikel le conoce todas sus fechorías a la perfección.
Y que de llegar, pobre procuraduría y pobres aquellos veracruzanos que pidan justicia en los siguientes años.
¿O usted qué opina?
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