BUENOS DÍAS VERACRUZ
Por: David Varona Fuentes
5 de diciembre de 2010
No confía el gobernador Javier Duarte, en sus colaboradores.
Y por su escepticismo, bien o mal fundado, les advierte.
-“Quien no dé el ancho y no cumpla, tendrá que irse de mi gobierno”.
El apercibimiento del joven mandatario veracruzano es claro, directo y contundente, pero también encierra mensajes subjetivos, por aquello de que muchos de ellos representan herencia maldita impuestos por su antecesor.
Es evidente que la amenaza de Duarte a los integrantes de su gabinete a escasos días de asumir la gubernatura, es reflejo también de que antes que el gallo vuelva a cantar tres veces, podrían rodar las primeras cabezas de Fidelistas subidos con calzador a su administración.
La gran mayoría de los fieles al tío Fide privilegiados con un cargo en el incipiente gobierno estatal, tienen la idea de que Javier será un títere del ex gobernador Herrera Beltrán, porque éste es su maestro, su formador político, y principalmente por deberle el cargo que ostenta.
Engañados morirán.
Cierto es que, mañoso, zorruno y perverso cual es, antes de perder el “pinche poder” Fidel blindó sus espaldas implantando en cargos estratégicos del sucesor a presuntos fieles y leales que, según él, podrían garantizarle, al menos, estarle informando sobre cualquier eventual persecución o denuncia de carácter penal que pudiera surgir en su contra por tantos desmanes financieros, políticos, jurídicos y de inseguridad pública, cometidos durante su sexenio.
Con premeditación, alevosía y ventaja Fidel hizo, deshizo y dispuso como le vino en gana de la integración del gabinete de Duarte; se despachó con la cuchara grande, dándose el lujo de incorporar a renombrados cómplices y protectores de cabecillas del narcotráfico y de las bandas del crimen organizado; los cuales llegaron a operar a la entidad el 1 de diciembre de 2004, justo cuando él asumió las riendas del gobierno estatal, bajo el lema “Veracruz, el estado de todos”, en clara alusión para todos los malhechores que desearan venir a delinquir y sembrar el terror a esta noble tierra veracruzana, convirtiéndola en la mejor zona para el negocio de la extorsión y el secuestro.
Sin embargo, los fidelistas encumbrados en el régimen que “Va para Adelante”, no deben confundir los términos agradecimiento, lealtad, y sumisión, menos todavía irse con la finta de que la apariencia de haber andado “re-apendejado”, es para siempre.
Duarte como candidato o todavía en su calidad de gobernador electo, pudo aguantar todo de los Fidelistas y del propio Herrera: grillas, burlas, insultos, incluso hasta que determinaran la mayoría de los nombres de sus colaboradores.
Pero reitero:
Eso sucedió en el ayer, mientras el doctor Javier Duarte no rendía protesta como Gobernador Constitucional de Veracruz.
Hoy, nada debe ni puede ser igual en el ejercicio del poder; la ciudadanía veracruzana no aguantaría otros seis años de más de lo mismo, en especial de corrupción, tráfico de influencias, y principalmente de violencia, zozobra e inseguridad públicas.
Las últimas palabras del gobernador Duarte en su primer mensaje al pueblo de Veracruz, de que “a los veracruzanos debo todo, para ellos haré todo”, llevan implícito el deseo de servir realmente, sin copias ni ataduras, con gratitud a su antecesor pero no obligado a cubrir con el manto de la impunidad los excesos y violaciones a la ley que él (Fidel) fomentó, permitió y también cometió.
Y las acciones inmediatas del ejecutivo estatal hablan de que no le temblará la mano para hacer cumplir la legalidad. Los transportistas del servicio foráneo de pasajeros Veracruz-Medellín, que por sus pistolas cobraban 12 pesos el boleto en lugar de los 7 pesos autorizados por la legislatura, creyeron estar viviendo todavía el paraíso Fidelista. Bastó una sola advertencia del gobernador Duarte para meterlos en cintura y firmaran minuta donde respetarían las tarifas oficiales.
Lo mismo ha dicho Javier a su gabinete, en especial a los que confundidos crean estar en la Fidelidad: “El que no sirva, se irá; ninguno tiene plazos ni contratos para quedarse”.
No todos darán los resultados para Veracruz que Duarte quiere de ellos.
Unos por ineptos buenos para una chingada que no arreglan ni donde se duermen; otros porque son cortos y reducidos de cerebro y sus pensamientos sólo les alcanza para robarse el dinero de los veracruzanos, y algunos más porque disfrutan y tienen las manos dentro del pastel delictivo, y por lo tanto se encuentran impedidos de actuar en contra de sus protegidos.
Seguro estoy que por la advertencia del gobernador Duarte a sus colaboradores, muchos sectores de la población veracruzana, del país y autoridades del gobierno federal, incluyendo al presidente Felipe Calderón, estarán atentos al trabajo del Procurador de Justicia en funciones, Reynaldo Escobar Pérez, señalado entre otros Fidelistas, de tener presuntos nexos con bandoleros y narcotraficantes.
El gobierno Duartista se estrenó el 1 de diciembre con bloqueos de carreteras en el sur de la entidad que realizaron habitantes del municipio de Rodríguez Clara, demandando el esclarecimiento de los asesinatos del presidente municipal electo, Gregorio Barradas Miravete, de su asistente Ángel Landa, y del doctor Omar Manzur Assad, éste ultimo cuyo único error que le costó su vida fue haber aceptado una invitación a comer del futuro alcalde y estar con él al momento del secuestro.
El pueblo de Rodríguez Clara se encuentra irritado por el triple homicidio ocurrido el pasado 8 de noviembre; la viuda de Goyo Barrada, Xóchitl Tress Domínguez, encabeza las protestas pidiendo justicia; como apaga-fuegos Duarte envió a Escobar, quien se comprometió a dar con los asesinatos y con quienes pagaron por la ejecución.
Prueba de fuego para quien pedía a gritos ser procurador de Justicia; de él depende la credibilidad del gobierno estatal, y de ser cierta la amenaza del gobernador, su permanencia en el cargo estaría supeditada a los resultados, al éxito de esclarecer el crimen de Barradas Miravete y acompañantes, y también de otros personajes como Raúl Gibb y Cirilo Vázquez, de cuyos asesinatos Reynaldo, siendo secretario de Gobierno, se ufanaba de resolver en un dos por tres si fuera procurador.
Por el interés marcado del gobierno federal en su esclarecimiento, muchos disturbios políticos y sociales provocará el triple asesinato de Goyo, Omar y Ángel al gobierno de Javier Duarte; Escobar Pérez regresa este lunes 6 a Rodríguez Clara y la gente espera resultados porque en su entrevista anterior ya le dijeron quiénes son los presuntos asesinos intelectuales, entre los que señalan a la actual alcaldesa, Amanda Gasperín, hija del acribillado empresario piñero, Jaime Gasperín Crivelli, ahijada del ex gobernador, Fidel Herrera, y con nexos familiares con los hermanos Marco Antonio y Oliver Aguilar Yunes, el primero alto funcionario Duartista y el segundo presidente del PRI en el puerto jarocho.
Al menos Reynaldo tiene ya las pistas si quiere dar con los homicidas de Goyo Barradas, de paso conservar la chamba y ganarse la confianza del gobernador Javier Duarte.
Pero yo pregunto:
¿Se atreverá el procurador Escobar Pérez a traicionar a quienes durante seis años ofreció protección e impunidad?
Si no es así, según Duarte, tendrá que ir preparando su salida del gobierno estatal.
¿O usted qué opina?
davidvaronaf@hotmail.com
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