BUENOS DÍAS VERACRUZ
Por: David Varona Fuentes
19 de diciembre de 2010
No duermen los enemigos de Veracruz.
A cualquier precio, sin considerar los efectos desastrosos que pudieran provocar en la ciudadanía, buscan desestabilizar al gobierno de Javier Duarte.
Con ocurrencias propias de mentes perversas buscan sembrar pánico, terror y zozobra en el pueblo veracruzano.
Está claro que los adversarios políticos del actual gobierno de Veracruz todavía sangran por la herida del 4 de Julio.
Las llamadas anónimas que pudieran estar realizando sus esbirros anunciando, entre otras mamadas, amenazas de tragedias sísmicas, sólo pueden salir de cerebros criminales y diabólicos.
Sin embargo, Veracruz se encuentra en paz, gracias a la coordinación que en materia de seguridad pública existe entre el gobierno del estado la Marina y el Ejército, dice el gobernador Javier Duarte.
En el marco de una Cumbre Estatal de Seguridad Pública realizada en la ciudad de Córdoba, el mandatario estatal asegura que “no hay ninguna circunstancia que ponga en riesgo la paz y tranquilidad de la sociedad veracruzana, y que los rumores, no dejan de ser sólo eso.
Yo le agregaría que son rumores de mala leche.
La realidad de todo es que el fantasma de la inseguridad pública es el enemigo a vencer en el país, y Veracruz no es la excepción.
Negar, o tratar de ocultar lo que es visto por todos, sería el suicidio del gobierno del doctor Duarte.
Es innegable que a lo largo y ancho de la geografía estatal están sucediendo hechos violentos como ejecuciones, secuestros, levantones e intentos de extorsión operadas por bandas del crimen organizado.
Pero se debe hacer la precisión oportuna:
El flagelo de la inseguridad es herencia del gobierno Fidelista; Javier Duarte acaba de tomar el 1 de diciembre las riendas del estado, y los criminales llegaron el 1 de diciembre pero de 2004, cuando el gobernador Fidel Herrera les abrió las puertas diciéndoles que “Veracruz es el estado de todos”.
Y los antagonistas quieren que las consecuencias de esa herencia maldita de protección a la delincuencia, ese maridaje criminal entre las autoridades Fidelistas y las bandas delictivas, estallen al régimen del gobernador Duarte.
Por lo que en materia de seguridad pública expresó el ejecutivo estatal este viernes, por la mañana en la Academia de Policía El Lencero, y más tarde en un encuentro con fuerzas federales en la ciudad de los 30 Caballeros, muchos se quedarán vestidos y alborotados si piensan que a Duarte le temblará la mano para aplicar la ley.
A quienes desean incendiar Veracruz con rumores y chismes les dice:
“En Veracruz rechazamos todo intento de enrarecer el clima político, jurídico y social que en materia de seguridad hoy gozamos”.
Y advirtió:
“No seremos complacientes ni sumisos ante falsos rumores que hablan de hechos inexactos que sólo pretenden generar incertidumbre entre la población”.
Y al pueblo, dijo:
“Todos los veracruzanos pueden sentirse seguros; mi gobierno sabrá responder y proteger a sus familias”.
El doctor Duarte se manifiesta seguro lo que quiere para Veracruz en el rubro de seguridad pública, y sus deseos descansan en un plan muy bien estructurado en el que juegan papel relevante las reformas que en días pasados enviara al Congreso estatal, referentes al marco penal y procuración de justicia.
No es tarea fácil recuperar y mantener la seguridad pública en el estado.
Principalmente porque muchos de los cómplices que tienen los narcotraficantes y cabecillas del crimen organizado lograron agazaparse en cargo estratégicos en el gobierno Duartista.
Y que no decir de los alcaldes, los que se van y los que llegan; muchos de estos embarrados hasta las manitas con los criminales, a quienes respetarán sus parcelas de dominios entregadas durante el Fidelismo. Una de tantos, rumoran, es la nacionalmente conocida “Juana Gallo”, en el puerto jarocho.
Se especula incluso, que connotados candidatos del PAN a las alcaldías, fueron “obligados” a hacerle al pendejo en sus campañas proselitistas para beneficiar a los del tricolor.
En fin, los sectores productivos de Veracruz, ven con buenos ojos los deseos del gobernador en materia de seguridad pública.
Pero insisto, será vital la determinación del gobernador Duarte, empezando por limpiar los cuerpos policiacos del estado, meter la escoba para sacar las ratas de las Subprocuradurías de Justicias y de las agencias del Ministerio Público, y desde luego promover ante la Legislatura local las reformas que permitan cesar de sus funciones y llevarlos a prisión a todos los jueces corruptos que dejen libres a los criminales, como hace el homólogo César Duarte, de Chihuahua.
Que la paz que disfruten los veracruzanos, esa que tanto vociferó el Fidelismo, no sea la de los sepulcros de Porfirio Díaz.
Al contrario, que sea una paz verdadera, la que otorgue Duarte a Veracruz.
¿O usted qué opina?
davidvaronaf@hotmail.com
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