LOS SICARIOS DE LA PLUMA

BUENOS DÍAS VERACRUZ

Por: David Varona Fuentes
27 de diciembre de 2010

Hoy tengo que volver a escribirlo:
Muchas veces siento asco; me avergüenzo decirme periodista.
Especialmente cuando consumados sicarios de la pluma se visten de paladines de la honestidad, transparencia y dignidad periodísticas.
Sinceramente qué poca madre.
Salir a criticar a los comunicadores corruptos, bufones, serviciales y aduladores de la clase gobernante en turno, cuando ellos son peores de ratas, es tratar de fingir haber perdido la memoria.
Y que todavía esos mercenarios del periodismo atrevan darle consejos al nuevo gobierno de Veracruz de que cierren las llaves del erario estatal a todos los vividores de la información, de verdad que hasta vómito da leerlos.
Piden al gobernador Duarte que en aras de las políticas de austeridad de su gobierno, transparente las dádivas a todos los medios informativos del estado.
Qué cínicos, en el ocaso de sus carreras “periodísticas” no conocen todavía lo que significa la vergüenza.
Bien han enloquecido, o se hacen pendejos esos connotados premios nacionales de periodismo y “maestros” de generaciones de egresados de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana.
Yo pregunto:
¿Cómo pretender dar cátedras de rectitud; con qué calidad moral hacer del periodismo la cultura de la crítica y la denuncia sustentas con pruebas y testimonios irrefutables, si toda su miserable vida de comunicadores la usaron única y exclusivamente para extorsionar al político, al dirigente obrero y a los líderes sociales?
Bastaría echarle un vistazo a sus incalculables riquezas financieras y materiales para determinar de qué tamaño han sido la honestidad y transparencia editorial que hoy quieren presumirle al gobernador de Veracruz, Javier Duarte.
Cómo justificar las cuantiosas fortunas, amasadas sexenio tras sexenio de gobiernos estatales si siempre han sido asalariados o peones del compadre o la comadre, dueño o dueña del medio informativo, donde por lástima todavía les permiten que escriban sus mamadas, en las que destilan odios, rencores, decepciones, y principalmente frustraciones y amarguras, quizás porque no se atreven a salir del clóset, pese a que en otras entidades ya se les permite hacerlo.
Aquellos políticos, llámense gobernadores, presidentes municipales, diputados, senadores, los líderes sindicales, los empresarios, comerciante, y hasta los caciques dueños del Veracruz violento de los años ochenta, si es que vivieran, estarían muriéndose de risa por las vaciladas que hoy escriben esos “periodistas” a los que alguna vez ellos les enviaron maletas de dinero en efectivo como soborno para que endiosaran su figura pública; les financiaron sus primeros libros; regalaron residencias en fraccionamientos exclusivos para los ricos, como Costa de Oro, en el puerto jarocho, y últimamente hasta convirtieron en funcionarios públicos a sus hijos, parientes, novias o amantes.
Claro, como era de esperarse, mientras gozaban de esos privilegios, la relación prensa gobierno, era la más clara, digna y transparente.
Hoy, seguramente porque ya nadie los pela, debido a su doble juego- si me das, te halago, si no me das, te pego- y también porque a sus parientes los dejaron fuera de la chiche estatal o los bajaron de director con presupuesto propio, a empleado de poco pelo, han vuelto a usar la crítica y la diatriba como herramienta de trabajo.
Señores, sicarios de la pluma al servicio del mejor postor, a quién buscan engañar con el petate del muerto, a caso ya olvidaron su pasado inmediato de servilismo a Dante Delgado, a Miguel Alemán, a Fidel Herrera y al Reybaco Escobar, de los que recibieron todo, absolutamente todo; fue para ustedes el paraíso financiero.
Para ser críticos, también hay demostrar serlo siempre, todos los días, en cada nota, en cada comentario.
No sólo cuando no reciben el soborno mensual.
¿O usted qué opina?