BUENOS DÍAS VERACRUZ
Por: David Varona Fuentes
7 de diciembre de 2010
De sorpresa en sorpresa.
Así van transcurriendo para el gobernador, Javier Duarte, sus primeros días de mandato.
El mandatario veracruzano creía que lo sabía todo del gobierno Fidelista que, gritan muchos, gracias a Dios murió el 30 de noviembre pasado.
Creyó Duarte que haber sido secretario de Finanzas del gobierno de Herrera Beltrán hasta los primeros meses de 2009, le había dado el privilegio de conocer las entrañas de la Fidelidad, hacia dentro y hacia afuera.
Pero no es así.
Al contrario, se ha quedado corto.
Porque el daño causado al estado de Veracruz los últimos años del gobierno de Fidel Herrera, es de proporciones inimaginables.
El gobernador Duarte se ha quedado con los ojos cuadrados conforme va empapándose de las condiciones políticas, financieras y sociales que recibió el estado.
Y no es para menos.
El ex gobernador Fidel Herrera engañó a todos; fue un gran simulador que construyó castillos en el aire para los veracruzanos.
Con esa verborrea amaestrada Fidel convenció a todos quienes lo escucharon, y con su mirada penetrante, a todos hipnotizó, dejándolos en estado de indefensión dispuestos a seguirlo y apoyarlo.
Sus más cercanos colaboradores no fueron la excepción, y como borreguitos a todo dijeron que sí, cayendo en el juego perverso del tío Fide de que durante su administración todo en Veracruz era amor, paz, tranquilidad y progreso.
Siguiendo al pie de la letra la enseñanza del asesor de Adolfo Hitler, Joseph Goobels, Herrera Beltrán repitió miles de veces la misma mentira buscando que el pueblo veracruzano la convirtiera en verdad, pero todo se trató de una cortina de humo para ocultar el caos, el saqueo, la catástrofe financiera, que enfrentaba su gobierno.
Al respecto, el mensaje de la señora Karime Macías de Duarte, al asumir la presidencia del DIF estatal, no tiene desperdicio, da en la llaga de la mentira al señalar que “al lado del Veracruz pujante y moderno persiste un Veracruz con atraso y marginación, y que la solución a los grande problemas de Veracruz se conseguirá generando una transformación de conciencia en el plano individual, alejando falsas satisfacciones”.
Por ello, sin siquiera escudriñar debajo de las piedras buscando culpables, van saliendo todos y cada uno de los pendientes Fidelistas que hasta el cansancio se dijo, estaban resueltos y finiquitados, y que todas las críticas por incumplimiento de pagos eran calentura de los medios de comunicación.
Hoy, cuando el actual régimen estatal va abriendo las compuertas para conocer las dimensiones del daño causado al pueblo de Veracruz y a sus instituciones públicas, hasta se pierde la respiración por tantas broncas que saltan.
El hoyanco donde ha caído el estado es más profundo de lo que todos imaginaban, por lo tanto la economía estatal quebrada como se encuentra no se recuperará por arte de magia, especialmente porque el cajón de tesorería quedó vacío; no hay cómo hacer frente a las demandas de cobradores y proveedores.
Es de tal magnitud la gravedad del estado, que existe preocupación en el seno familiar del joven gobernante, Javier Duarte; más porque vieron que el antecesor dejó sembrada la semilla de la maldad, de la corrupción y complicidad en el gabinete estatal. Cual enfermo obsesivo por el poder perdido, designó hasta a los conserjes de palacio de gobierno y de Casa Veracruz para que le sirvan de orejas y le informen de cualquier insurrección en su contra.
Por el momento no hay vuelta de hoja.
Duarte quedó atrapado por Fidelistas, y esa falta de maniobra, operatividad o facilidad de maniobra, mantiene con manos sudadas y el alma entrecruzada a gente cercanísima al ejecutivo veracruzano; consideran que por las acciones que Javier realice muy pronto para sacudirse toda esa lacra impuesta no descartan traiciones y venganzas al interior del gobierno, provenientes de los incondicionales del ex gobernador.
Porque más temprano que tarde, el gobernador Duarte dará las gracias a los Fidelistas que no cumplan con las expectativas trazadas, para darle cabida a su gente. Por ejemplo, dentro de los planes está que Francisco Portilla Bonilla, pida licencia a la alcaldía de Córdoba para hacerse cargo de la Secretaría de Gobierno; que el presunto amigo de los malosos, Marco Antonio Aguilar Yunes, haga lo propio en la Secretaría del Trabajo, y así sucesivamente, hasta que la gente de todas sus confianza ocupen los cargos estratégicos de su gobierno.
Se ignora cuánto tiempo transcurra para limpiar la casa de ratas.
Pero que no sea tiempo perdido para ir alcanzando el progreso y una verdadera transformación de Veracruz; sin falsas expectativas, sueños, ni ilusiones, como pide la presidenta del DIF estatal, doña Karime Macías.
¿O usted qué opina?
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