BUENOS DÍAS VERACRUZ
Por: David Varona Fuentes
31 de diciembre de 2010
Se fue 2010.
Pero se queda la maldición Fidelista.
La inmensa mayoría de los veracruzanos desearían que con el 2010 también se hubiese extinguido la herencia maldita que dejó el ex gobernador Fidel Herrera.
Lamentablemente no es así.
El gobernador Javier Duarte tendrá que lidiar con el peso del endeudamiento oficial, y recurrir al máximo de sus capacidades humanas y sobrehumanas, y a su vasta experiencia en materia económica, para sacar a Veracruz de la catástrofe financiera en la que recibió el gobierno estatal.
Los últimos días de diciembre representaron una verdadera pesadilla para cientos de miles de empleados de confianza y trabajadores sindicalizados de muchos ayuntamientos veracruzanos por la falta de pagos de sus quincenas y aguinaldos.
Por un lado el abusivo jineteo y recorte de los presupuestos municipales por parte del gobierno Fidelista, y por el otro las raterías de los alcaldes, llevaron a la quiebra a más de 150 ayuntamientos, al grado de no tener dinero siquiera para las nóminas.
Con la despedida de 2011 los 212 municipios del estado estrenan autoridades edilicias; 210 alcaldes electos por el voto popular y representantes de dos Consejos Municipales, José Azueta y Coxquihui, rindieron protesta este viernes 31 de diciembre.
A trabajar sin descanso, es el exhorto del gobernador Javier Duarte a los nuevos presidentes municipales es trabajar, porque asegura, “no se puede hablar de un buen gobierno si no somos capaces de traducir nuestro trabajo en una mejor calidad de vida para los veracruzanos”.
En un discurso que vino pronunciando en los 8 municipios donde hizo acto de presencia para acompañar a los alcaldes entrantes de Tuxpan, Poza Rica, Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Tierra Blanca, Mina y Coatzacoalcos, el gobernador Duarte reiteró que apoyará sin distingos a las 212 municipalidades de la entidad.
Y no son para menos las buenas intenciones del doctor Duarte, ya que dice estar convencido de que las finanzas de su gobierno serán fuertes de acuerdo a la medida que los municipios también lo sean.
Sin lugar a dudas el año 2012 que inicia, es de grandes retos para el joven gobernante veracruzano.
El horno no está como para bollos; la criminal deuda Fidelista es capaz de robarle el sueño hasta al mejor de los economistas nacionales o extranjeros.
Duarte tendrá que intentar sacarle agua a las piedras para rescatar a Veracruz del rezago social y de la quiebra financiera que enfrenta.
Pero debe reconocerse el optimismo, la confianza y la seguridad que muestra el mandatario estatal de que a “Veracruz le irá bien en este 2011”.
Desde luego, Duarte sabe en qué descansan su fe y certidumbre de alcanzar metas y objetivos, por algo lo dice, no se trata de prometer lo que no podrá alcanzar, ni mucho menos busca embaucar ni levantar castillos en el aire como su antecesor, que pintó un estado modelo y que a la primera llovizna se desdibujó y mostró el fotomontaje, el verdadero rostro de Veracruz, de hambre, miseria, de inseguridad pública, con las arcas del dinero estatal totalmente quebradas, y con más de 9 mil millones de pesos de deuda.
El estilo de gobernar de Duarte empieza a dejarse sentir, privilegia el diálogo y los acuerdos con todas y cada una de las fuerzas políticas, sociales y productivas del estado.
El hecho que las cuatro propuestas del gobernador para magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz hayan pasado el filtro del Congreso estatal sin voto alguno en contra, es muestra del entendimiento entre el Poder Ejecutivo y el legislativo.
En el pasado inmediato, aunque sólo fuera para “chingar o molestar”, los diputados de oposición se manifestaban en contra de cualquier iniciativa, en protesta al estilo primitivo, de imposición y cerrazón del gobernador en turno”.
Hoy se respiran nuevos aires en Veracruz, en los que se observa, el brazo ejecutor de las grandes acciones para alcanzar progreso, bienestar y prosperidad a favor de los veracruzanos, dependerá exclusivamente de las grandes alianzas políticas basadas en armonía y la conciliación.
Que claro, no podría faltar el “negrito” que quiera meter su cuchar en el arroz.
Pero eso será percata minuta para un gobernador al que le comen las ganas por servir a Veracruz.
No olvidemos que Javier Duarte desea convertirse en el mejor gobernador en toda la historia del estado.
En sus manos está alcanzar esa distinción que, ha quedado muy grande a los últimos mandatarios.
Por lo pronto, demos la bienvenida al 2011, y mantengamos la confianza de que con Duarte nos irá mejor.
¿O usted qué opina?
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