Ahora sí que se la jaló, Gerardo Buganza, ó Butranza, ó el adorador de dios Baco, como lo llaman algunos de sus compañeros de partido que dicen conocer a la perfección sus debilidades.
Y se la jaló y de a feo, con esas declaraciones que hizo este domingo en Veracruz acompañado de su principal admirador y comparsa, Julen Rementería, su compañero de trinca.
Atreverse a decir que “no soy comparsa de nadie, y ni yo ni mi conciencia están en venta, ni tampoco en subasta”.
Vaya que sorprendió Buganza a propios y extraños con esos exabruptos.
Aquellos recalcitrantes y apasionados panistas que presumen saber al derecho y al revés la vida de Buganza, han de seguir muriendo de risas por las afirmaciones del cordobés.
Y no es para menos…
Se requiere más que cinismo y vergüenza para afirmar lo que dijo, el aspirante, otra vez, a la candidatura del PAN al gobierno de Veracruz.
Verdad o mentira que el gobierno del Presidente Felipe Calderón, a través del Secretario de Gobernación Francisco Gómez-Mont, le ofreció la embajada de México en el Vaticano para sacarlo del juego sucesorio en Veracruz, más ganaba no abriendo la boca.
Sabe Buganza que está mintiendo.
Decirse, honesto y transparente, no es cosa de juego. La Opinión pública, el electorado veracruzano, merecen respeto.
No hay dudas que Gerardo ha perdido la memoria; porque él y su conciencia siempre han estado en venta, en subasta, y comparsa ha sido de todos cuando quiere poder o dinero.
Por favor después de todos esos presuntos tratos, convenios, y pactos realizados debajo de la mesa con personajes del partido tricolor, que no venga a darse golpes de pecho buscando curarse en salud; claro salud de la buena, no estoy refiriéndome a chocar vasos o copas.
Antes de salir a la palestra a decirse santo y puro, que explique a la ciudadanía en general, y principalmente a la militancia de su partido, qué hizo con las millonarias deudas que le dejaron la campaña de 2004, que según se sabe, rebasaron los 18 millones de pesos.
Si ya les pagó a las empresas periodísticas, televisivas y radiofónicas, y también a un chingo de proveedores que le hicieron toda su propaganda proselitista.
Entonces que informe de dónde salió el dinero para liquidar esa deudas que, junto a la derrota electoral sufrida, lo sumieron en la depresión allá por diciembre de 2004, no teniendo otro camino que refugiarse en Baco.
Y otra más…
Como Buganza afirma ser una persona que tiene conciencia, porque no la vende ni la subasta, no estaría por demás que dijera de dónde obtuvo los recursos para realizar aquel majestuoso evento donde rindiera su Tercer Informe de Actividades como diputado federal, en el que, por lo menos, en autobuses rentados acarreó a 15 mil personas de diversos municipios del estado, en su gran mayoría indígenas, a los que prometió tortas y refrescos, y 500 pesos por venir al puerto de Veracruz.
Según cálculos matemáticos de los expertos, esa fiesta costó a Buganza, o a quién haya sido el padrino, más de 10 millones de pesos.
Que se conozca, Buganza no es un político multimillonario al que le sobre el dinero o guste tirarlo o despilfarrarlo en aventuras políticas.
Tampoco es un empresario exitoso que haya amasado fortuna incalculable, que todos desconozcan su procedencia.
Hasta donde se sabe, sus primeros pininos como comerciante los viene efectuando a últimas fechas, y eso de coyote, ya que usando la empresa de su hermano y gracias a “sus amistades”, ha logrado acomodar alrededor de 100 mil kilos de Café Buganza, mismos que han sido incluidos en despensas oficiales.
Entonces, si Buganza después del 2004 quedó en la desgracia y no tenía ni en qué caerse muerto, cómo le hizo para pagar sus más de 18 millones de pesos que le dejaron de herencia la pasada campaña a la gubernatura.
Primero que informe quién lo financió, y después que salga a decir que es una persona de conciencia limpia y transparente.
Además si tiene conciencia como afirma, Buganza debe recordar que haber arañado la gubernatura en 2004, se lo debe a quien hoy reniega, denosta, critica, maldice y le juega la candidatura blanquiazul…
Y todo por quedar bien con aquel que le salvó, casi la vida, y lo pulla a seguir adelante.
NUEVO ACUERDO PARA COMBATIR POBREZA
El gobernador de Veracruz Fidel Herrera y el Secretario de Desarrollo Social del gobierno federal, Heriberto Félix Guerra, firmaron otro acuerdo para combatir la pobreza en territorio estatal.
Serán 8 mil 500 millones de pesos los que, dicen se invertirán en programas sociales durante 2010.
Ojalá que esos recursos aterricen y lleguen a las clases más desprotegidas de Veracruz, que según cifras del gobierno, suman más de 4 millones de veracruzanos en pobreza extrema.
En estos tiempos de criminal invierno, urge la ayuda a las zonas marginadas; esperemos que los delegados federales hagan llegar esos recursos y no le den uso partidista, aprovechando el año electoral en Veracruz.
Hacemos votos porque este nuevo acuerdo tan importante para Veracruz que fue firmado el sábado, sea serio y no haya sido sólo para la foto del recuerdo. Y menos que vaya ser escenario de confrontaciones mediáticas por el mal uso que se le de a los 8 mil 500 millones de pesos.
¿O usted qué opina?