El PRI veracruzano, no vive sus mejores momentos.
Muy aparte de sus broncas financieras de deberle a todo mundo y recibir mentadas adelantadas al 10 de mayo por la falta del pago de facturas hasta de seis meses de retraso, la situación política empieza a complicársele.
El Partido Revolucionario Institucional creía transitar en caballo de hacienda rumbo a la elección gubernamental del 2010 llevando de jinete a Javier Duarte de Ochoa.
Pero no todo es miel sobre hojuelas…
El egocentrismo del propio aspirante, los falsos halagos, la adulación, y la lambisconería a su lado, están enterrando al delfín de palacio de gobierno.
Como dice Mitosfky, los números no mienten…
Y de acuerdo a un análisis frío, Javier Duarte no lleva la delantera entre los precandidatos del tricolor estatal.
Los cinco o hasta diez puntos que lo aventajan las encuestas, en la lectura cruda y real lo ubican en un seco empate técnico con su más cercano contendiente.
Cinco o diez puntos de ventaja en el argot estadístico, es igual a nada, ya que tres puntos más, o tres puntos menos, significan en los hechos una igualdad contundente.
Basados en esos falsos números que lo ubican “por arriba” de sus adversarios, los Duartistas han echado las campanas al vuelo, se consideran triunfalistas por adelantado y minimizan al enemigo de enfrente.
Están equivocados, simulan sufrir de demencia.
Los números que según encuestas y sondeos colocan a Javier Duarte apenas tres puntos por encima de los otros aspirantes de su partido, no garantizan la contundencia en el triunfo electoral.
Y quien lo dude, las estadísticas no mienten, menos la historia escrita.
Los resultados finales de la jornada electoral del 2004 deben servir de enseñanza para el PRI estatal, e incluso para propio gobernador Fidel Herrera.
No debe olvidarse que como candidato del PRI en el 2004, Fidel sufrió, padeció y al borde de la locura estuvo cuando la decisión del triunfo en Veracruz se fue al Tribunal Electoral de la Federación, donde se especuló que el entonces presidente Fox, metería las manos para favorecer a su compañero de partido, Gerardo Buganza Salmerón.
Fidel Herrera obtuvo el triunfo electoral apenas con menos de un punto porcentual, lo que como referencia indica que Javier Duarte, con la ventaja que presuntamente tiene como precandidato, se quedaría en el camino de ganar y retener para el PRI el gobierno de Veracruz.
El gobernador Herrera no ignora que la elección del próximo 4 de julio será la madre de todas las batallas; el virtual candidato del PAN y de Los Pinos, viene con todo; no trae contemplaciones ni misericordias para quienes él cree son sinónimo de corrupción, tráfico de poder y protectores de delincuentes.
Por lo tanto, con los miserables tres puntos que su delfín lleva arriba de Miguel Ángel Yunes Linares y de Dante Delgado Rannauro, si Duarte es el candidato del PRI, se da por un hecho que palacio de gobierno estrenará huésped militante de partido opositor, ya sea del PAN o Convergencia.
O yo pregunto…
¿Cómo ganaría Duarte una elección constitucional cuando en la interna de su partido no levanta ni aventaja en forma clara, visible y contundente a su adversario Héctor Yunes Landa, cuando éste sin recursos, apoyos oficiales ni echándole todas las ganas a sus aspiraciones, se mantiene en la pelea interna por la candidatura de su partido?
Los conocedores de estrategias político-electorales, aseguran que el PRI veracruzano podría dar golpe de timón en cuanto a la decisión final del nombre de su candidato a gobernador.
Y no descartan que el nominado termine siendo un Yunes, que indudablemente vendría atenuar la embestida del otro Yunes.
Por lo pronto, el delfín buscará lucirse en Álamo, cuando sea el principal orador en la ceremonia conmemorativa de la Ley Agraria. Las grandes multitudes de sus corifeos, incluidos los mercachifles del periodismo, fueron trasladados de las principales ciudades del estado.
Después de Álamo, nada podría estar escrito a favor del joven diputado federal.
Según los números de Roy Campos y su consulta Mitosf ky, la historia del alemanismo estaría en condiciones de repetirse en el Fidelismo.
Duarte es el favorito del gobernador Fidel Herrera, como en su tiempo lo fue Tomás Ruiz del ratón Miguelito. Ruiz teniendo todo el apoyo alemanista no levantó, y a medio camino de su inflada precandidatura, se desinfló.
Indudable que en el PRI estatal todavía se vislumbran grandes sorpresas.
Con un gobernador que dicen los opositores, “no duerme”, nada es seguro, y Duarte lo sabe.
¿O usted qué opina?
Muy aparte de sus broncas financieras de deberle a todo mundo y recibir mentadas adelantadas al 10 de mayo por la falta del pago de facturas hasta de seis meses de retraso, la situación política empieza a complicársele.
El Partido Revolucionario Institucional creía transitar en caballo de hacienda rumbo a la elección gubernamental del 2010 llevando de jinete a Javier Duarte de Ochoa.
Pero no todo es miel sobre hojuelas…
El egocentrismo del propio aspirante, los falsos halagos, la adulación, y la lambisconería a su lado, están enterrando al delfín de palacio de gobierno.
Como dice Mitosfky, los números no mienten…
Y de acuerdo a un análisis frío, Javier Duarte no lleva la delantera entre los precandidatos del tricolor estatal.
Los cinco o hasta diez puntos que lo aventajan las encuestas, en la lectura cruda y real lo ubican en un seco empate técnico con su más cercano contendiente.
Cinco o diez puntos de ventaja en el argot estadístico, es igual a nada, ya que tres puntos más, o tres puntos menos, significan en los hechos una igualdad contundente.
Basados en esos falsos números que lo ubican “por arriba” de sus adversarios, los Duartistas han echado las campanas al vuelo, se consideran triunfalistas por adelantado y minimizan al enemigo de enfrente.
Están equivocados, simulan sufrir de demencia.
Los números que según encuestas y sondeos colocan a Javier Duarte apenas tres puntos por encima de los otros aspirantes de su partido, no garantizan la contundencia en el triunfo electoral.
Y quien lo dude, las estadísticas no mienten, menos la historia escrita.
Los resultados finales de la jornada electoral del 2004 deben servir de enseñanza para el PRI estatal, e incluso para propio gobernador Fidel Herrera.
No debe olvidarse que como candidato del PRI en el 2004, Fidel sufrió, padeció y al borde de la locura estuvo cuando la decisión del triunfo en Veracruz se fue al Tribunal Electoral de la Federación, donde se especuló que el entonces presidente Fox, metería las manos para favorecer a su compañero de partido, Gerardo Buganza Salmerón.
Fidel Herrera obtuvo el triunfo electoral apenas con menos de un punto porcentual, lo que como referencia indica que Javier Duarte, con la ventaja que presuntamente tiene como precandidato, se quedaría en el camino de ganar y retener para el PRI el gobierno de Veracruz.
El gobernador Herrera no ignora que la elección del próximo 4 de julio será la madre de todas las batallas; el virtual candidato del PAN y de Los Pinos, viene con todo; no trae contemplaciones ni misericordias para quienes él cree son sinónimo de corrupción, tráfico de poder y protectores de delincuentes.
Por lo tanto, con los miserables tres puntos que su delfín lleva arriba de Miguel Ángel Yunes Linares y de Dante Delgado Rannauro, si Duarte es el candidato del PRI, se da por un hecho que palacio de gobierno estrenará huésped militante de partido opositor, ya sea del PAN o Convergencia.
O yo pregunto…
¿Cómo ganaría Duarte una elección constitucional cuando en la interna de su partido no levanta ni aventaja en forma clara, visible y contundente a su adversario Héctor Yunes Landa, cuando éste sin recursos, apoyos oficiales ni echándole todas las ganas a sus aspiraciones, se mantiene en la pelea interna por la candidatura de su partido?
Los conocedores de estrategias político-electorales, aseguran que el PRI veracruzano podría dar golpe de timón en cuanto a la decisión final del nombre de su candidato a gobernador.
Y no descartan que el nominado termine siendo un Yunes, que indudablemente vendría atenuar la embestida del otro Yunes.
Por lo pronto, el delfín buscará lucirse en Álamo, cuando sea el principal orador en la ceremonia conmemorativa de la Ley Agraria. Las grandes multitudes de sus corifeos, incluidos los mercachifles del periodismo, fueron trasladados de las principales ciudades del estado.
Después de Álamo, nada podría estar escrito a favor del joven diputado federal.
Según los números de Roy Campos y su consulta Mitosf ky, la historia del alemanismo estaría en condiciones de repetirse en el Fidelismo.
Duarte es el favorito del gobernador Fidel Herrera, como en su tiempo lo fue Tomás Ruiz del ratón Miguelito. Ruiz teniendo todo el apoyo alemanista no levantó, y a medio camino de su inflada precandidatura, se desinfló.
Indudable que en el PRI estatal todavía se vislumbran grandes sorpresas.
Con un gobernador que dicen los opositores, “no duerme”, nada es seguro, y Duarte lo sabe.
¿O usted qué opina?
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