¡¡NI UN MUERTO MÁS!!

Ha sido el ultimátum del gobernador Fidel Herrera a los criminales del transporte público de pasajeros de la entidad.
Y no es para menos…
Los concesionarios del servicio urbano y suburbano de Veracruz, han bañado de sangre las calles de la entidad.
Todos los días los cafres que conducen los autobuses de pasajeros, atropellan y matan víctimas inocentes que se lleven de corbata en sus alocadas carreras por ganarse entre ellos la mayoría de los usuarios.
El puerto de Veracruz ha sido el lugar predilecto de los choferes del transporte urbano para enlutar hogares.
Decenas de veracruzanos, en su mayoría personas senectas, han tenido la mala fortuna de terminar su existencia bajo las pesadas llantas de los viejos y obsoletos camiones, a los cuales sólo en el estado de Veracruz, se les permite seguir prestando el servicio en tales condiciones materiales.
La situación se ha convertido intolerable.
Los primeros muertos al empezar el 2010, han obligado al gobernador Fidel Herrera a parar en seco a los empresarios del transporte público de pasajeros…
¡¡Ni un muerto más!!
Los ha sentenciado, so pena de cancelarles las concesiones a todas aquellas unidades que participen en otro accidente donde pierda la vida un veracruzano.
El gobernador ha llamado a cuentas al llamado Pulpo Camionero; les leyó la cartilla, y éstos se comprometieron en capacitar a sus choferes para evitar más muertes en las calles y avenidas de las principales ciudades del estado, principalmente en el puerto jarocho, donde se ha agudizado ese grave problema de seguridad vial.
Los diversos sectores de la sociedad, en especial los familiares de quienes han muerto atropellados por los choferes de los camiones urbanos, dudan que los permisionarios del transporte de pasajeros, cumplan la palabra empeñada ante el mandatario estatal.
Y pudiera asistirles la razón…
Las muertes de los peatones no vas a terminarse por medio de decretos oficiales o con promesas de saliva de los transportistas.
A los señores camioneros les vale madres la vida de los veracruzanos, trátese de niños, mujeres o ancianos, y todavía más a las bestias que contratan de choferes, quienes muchas de las veces manejan las unidades alcoholizados o bajo los efectos de alguna droga.
Muchas veces esos animales que manejan los viejos autobuses o los inservibles microbuses, han tenido la desfachatez de vociferar que a sus víctimas después de atropellarlas, prefieren rematarlas, terminar de asesinarlas, a dejarlas con vida…
-“Dicen los patrones que salen más baratas muertas que lesionadas de por vida”, cuentan los choferes estando ante el Ministerio Público, de donde lograr salir pagando módica y cómoda fianza.
Indudablemente que las muertes por atropellamiento de los camiones urbanos, es un asunto añejo preocupante, que lacera y lastima a las familias veracruzanas, y que por las componendas financieras ninguna autoridad se había atrevido a meterle las manos.
El maridaje entre concesionarios y funcionarios públicos, se anteponía ante cualquier eventual intervención oficial para meter en orden al Pulpo Camionero. La corrupción en Tránsito y Transporte, es evidente; todos se hacen de la vista gorda.
Y ante tal ceguera, los camioneros han hecho de las suyas al tener en servicio unidades con más de 30 años de trabajo, cuando la propia ley señala que la antigüedad del parque vehicular no será superior a los cinco años.
Pero en Veracruz, todo ha sido posible gracias a las componendas de Julio César Cerecedo con los concesionarios del transporte público. Se comenta que el actual subdirector de Tránsito Y Transporte es de los hombres más ricos de los funcionarios del gobierno estatal. Y se duda que su fortuna sea producto de su sueldo.
Hacemos votos que con la intervención personal del gobernador Fidel Herrera, los transportistas saquen de las calles a esos cafres que contratan de choferes, los cuales agarran como autopista las avenidas, llevándose a su paso todo lo que encuentran.
Que no haya un muerto más, es el grito desesperado del pueblo veracruzano.
Y Fidel lo hace suyo.
Que no sean gritos en el desierto; basta ya de tanta complacencia e impunidad al Pulpo Camionero.
¿O usted qué opina?